martes, 11 de noviembre de 2014

MICRORRELATOS 2º B

Anoche, 31 de octubre, Halloween, decidí ir con Lottie al bosque que está al lado de la antigua mina.
Nunca habíamos cruzado al otro lado del río, de hecho, poca gente ha cruzado a ese lado, y según cuenta la vieja Señora Prinsel, los que han cruzado no han regresado nunca. Pero nosotras no decidimos darle importancia, sinceramente creo que son simples cuentos de viejas.
A las 8 pusimos rumbo al bosque.
Cuando llegamos al río nos quedamos en la orilla, pensando si cruzar o no cruzar.
Al final decidimos no cruzar, era demasiado arriesgado y pensamos que no había gran cosa detrás.
Cuando ya nos íbamos una extraña sombra negra apareció en el camino y nos envolvió.
Intentamos correr pero no podíamos, intentarlo era en vano.
La sombra nos arrastró hasta el otro lado del río; pataleamos y forcejeamos, pero nada.
La sombra nos soltó y se convirtió en una especie de lobo gigante. Gritamos del susto y con una ancha rama que estaba en el suelo, le dimos en la cabeza, para así dejarlo inconsciente y tirarlo al río.
Cruzamos el río saltando por las piedras y ramas y llegamos a la otra orilla. Nada más pisar el suelo salimos corriendo despavoridamente hacia el pueblo.
Lottie se fue a su cabaña y yo a la mía.
Esta mañana, al despertar, encontré una carta en el suelo que decía:
Habéis tenido suerte, si os volvéis a acercar por allí, no lo podríáis contar, ¿qué os pareció mi pequeño lobo de compañía inmortal? No os preocupéis, ahora mismo está durmiendo a mis pies.
Att.

Sr o Sra X.”
                                    (Lucía Adanza, 2º B)

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