martes, 28 de enero de 2014

Texto con cinco palabras: creaciones de 3º A

PALABRAS SELECCIONADAS:


VALIENTE - ASESINO - CHORIZO - CELOP - INMÓVIL


Cuento de María del Mar Gómez Moreno.
“El asesino”
Érase una vez un niño que se consideraba muy valiente, siempre estaba defendiendo a los niños pequeños que eran a veces maltratados por los típicos “matones” del colegio.
Un cierto día, al llegar del colegio, entró en la cocina y encontró a su madre tirada en el suelo. Él, rápidamente, corrió hacia ella y vio que su garganta estaba rajada. El niño gritó y lloró desconsoladamente: su madre había sido asesinada
Al cabo de unos meses, se dio cuenta de que le faltaba un reloj que su madre le había regalado por su cumpleaños y pensó que podría haber sido robado por el asesino, que ahora, aparte de ser un asesino, era un chorizo.
Entonces, comenzó a dar vueltas por su casa sin saber qué hacer y de repente, encontró una foto casi rota por la mitad y la pegó con celop. Cuando lo hizo, miró la foto y en ella había un hombre que no conocía de nada…
El niño fue hacia la cocina y cada vez que iba a la cocina donde recordó que fue el lugar donde había encontrado a su madre… Se estaba sirviendo un vaso de agua, cuando escuchó un ruido detrás de él: se dio la vuelta y la vio, su madre le sonrió diciendo “siempre estaré aquí” y desapareció. El niño se quedó inmóvil, llorando, pero con una sonrisa en la cara. De repente, sintió que en la garganta le entraba un dolor insoportable, se la estaban cortando: el niño vio al hombre que había en la foto… había vuelto para matarlo.
Cuento de Daniel Quintero Ureba.


“Había una vez un valiente aventurero que se llamaba Curro y que tenía una choza en medio de la jungla en la cual tenía todos sus utensilios para defenderse de los peligros de la jungla.
Él se autodenominaba “el asesino de la jungla”, ya que mataba a todo ser vivo que pasaba por delante suya; ni el más peligroso animal podía con él.
Con los animales que él mataba, hacía chorizos, filetes, morcillas… Era la única comida que encontraba, aparte del agua, que la conseguía poniendo ollas en los árboles en forma de embudo para coger el agua de la lluvia.
Un día, Curro amaneció muerto por una infección de la carne que había comido… Y esto fue todo”.
Le dijo el abuelo al nieto que le estaba contando el cuento. Cerró el libro y lo envolvió con papel de regalo y celop para regalárselo al día siguiente a su otro nieto. El abuelo se fue y el niño se acostó en la cama y se quedó inmóvil mientras intentaba dormir porque tenía mucho miedo tras la historia que le había contado su abuelo.



Cuento de Clara Suraña Sánchez


Había una vez una niña llamada Paula que soñaba con un príncipe valiente y caballeroso. Muchas veces soñaba que estaba en una torre y que él la rescataba. Pero ella no sabía nunca cómo sería su nombre.
Un buen día, soñó que en su torre había un hombre enmascarado que quería hacerle daño. Entonces, ella le gritó:
- ¡Asesino! ¡Suélteme! ¡Pronto vendrán a salvarme!
El hombre le ató las manos a la espalda y esperó a que viniera el príncipe.
Cuando este llegó, no venía solo: venía con su escudero, quién dijo:
- ¡Chorizo! ¡Suelta ya a esta dama!
Paula no paraba de gritar y el asesino, enfadado, encontró papel celop y se lo puso en la boca. Mientras el príncipe y el escudero se enfrentaban al asesino, el escudero tropezó, chocó con la pared y se quedó inmóvil en el suelo.
El príncipe le pegó un puñetazo al asesino y este se quedó en el suelo asustado y llorando. Soltó a Paula y, cuando se iban a besar, ella se cayó de la cama y se despertó. Nunca más volvió a soñar con su príncipe.


Cuento de María García Lobatón


Todo empezó un sábado por la mañana, al levantarme decidida y valiente a enfrentarme contra el mundo y contra todo lo que se me opusiera.
Hasta hacía unos días, había tenido un miedo oculto: un asesino me perseguía por las calles y ese día decidí contárselo a mis padres y a todo el pueblo: que había un asesino suelto y que iba persiguiendo a todas las niñas y jóvenes.
Todos, al enterarse de la noticia, pusieron carteles por las paredes de las calles en los que decía: “Anda suelto un chorizo, mucho cuidado”.
El asesino, al darse por aludido y saber que era yo la que había publicado la noticia, me esperó en la puerta del instituto para hacerme daño; pero la dependienta de la tienda Celop de enfrente del instituto lo vio allí y llamó a la policía. Gracias a ella, el asesino se quedó inmóvil y ya no pudo escapar.
Él era mi único miedo y desde aquel día sé que todos me apoyan y me ayudan. nunca dejéis que alguien os tenga acosados. Avisad y pedid ayuda porque la tendréis.


Cuento de Ana Rosa Aragón Robles.


Esta es la historia de un valiente hombre que vivía en una humilde casa al lado del bosque. Todo su entorno era muy tranquilo, pero al lado había una vieja cabaña con aspecto tenebroso en el que vivía un peligroso asesino.
Un día, cuando este valiente hombre estaba haciendo chorizos en su pequeña barbacoa que tenía en el patio, escuchó un extraño ruido que parecía venir de la cabaña del asesino. El hombre, un poco asustado, fue a echar un vistazo por una de las ventanas de la cabaña y allí se encontró con el asesino: tenía un palo e iba golpeando bruscamente algo. El hombre, atemorizado, se acercó un poco más y pudo ver a un niño sentado en una silla con la boca y las manos atadas con celop.
Este valiente hombre no se lo pensó y, dándole un golpe a la ventana, consiguió entrar y atrapar al asesino, que se quedó inmóvil, sin poder escapar.
El hombre llamó a la policía y se llevaron al terrible asesino y los padres del niño, muy agradecidos, le dijeron al hombre que se fuera a vivir con ellos y así no estar tan solo en ese bosque.


Cuento de ANA PILAR RAMÍREZ


Hola, soy Antonio. No soy un chico normal, o eso dice mi madre. Todas las noches tengo el mismo sueño: siempre aparece el mismo hombre con la cara quemada. Me considero una persona valiente, ya que todas las noches ese hombre intenta matarme, y por las mañanas amanezco con las heridas que me hace el asesino en mi sueño.
Tengo miedo, sólo el hecho de pensar que puedo morir me hace más débil. Son las 22:30 de la noche, hoy no tengo ganas de cenar. Me subo a mi habitación y desde aquí huele a chorizo ¡qué asco de cena! Llega la hora de dormir.
Entro en el sueño y me encuentro sentado en una silla, con las manos atadas y la boca rodeada de papel celop. Estoy inmóvil. De repente, el hombre de la cara quemada llega con una motosierra. Va haciéndome pequeños cortes hasta que no puedo más.
A la mañana siguiente mi madre me encontró muerto en la cama. Ahora que estoy muerto, me dedico a meterme en pesadillas de los jóvenes. Tú puedes ser el siguiente.



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