lunes, 9 de junio de 2014

EL FUEGO DE LA MEMORIA


CUANDO YO ERA PEQUEÑO

Cuando yo era pequeño era un niño muy bueno y por eso mi madre estaba siempre contenta conmigo, pero cuando ya tenía dos años empecé a ser muy revoltoso y mi madre me castigaba.
Un día me resbalé por las escaleras por travieso que era y me hice una herida y ella me curó.
Un día mi madre se fue a trabajar a Francia y yo me quedé con mi hermana Tamara. Todos los días me cuidaba, me daba de comer, me lavaba la ropa, me duchaba y me secaba, me vestía... Me acuerdo de que mi hermana me regaló un peluche que era un mono y me gustó mucho. Era grande grande de color marrón y muy suave. Yo le di un beso a mi hermana para demostrarle que me había gustado mucho su regalo. Todavía tengo el mono guardado en su cajita porque me da muchos recuerdos buenos.
Después, cuando vino mi madre de Francia, yo ya no me acordaba de ella porque se había llevado mucho tiempo trabajando y mi madre lloraba porque le daba mucha pena que yo no la recordara. Yo también lloraba porque me parecía que era una mujer extraña y me iba con mi hermana corriendo. Pero ya se quedó a mi casa a dormir y ya pasaba los días y los días ella y empecé a tener un poco más de confianza y jugábamos juntos.

Mi hermano Faletillo estaba en Palma de Mallorca y cuando volvió, me cogió y me regaló un perro que me gustó mucho. Tenía las orejas muy grandes, era marrón y muy chico. Su nombre era Beethoven.
Cuando llegó a mi casa , el perro tenía hambre y le eché de comer. Se comió toda la comida y yo jugaba con él y con mi hermano mayor. Yo lo quería mucho porque jugaba mucho con él y con mi hermana, pero Beethoven se murió porque se puso malo. Me da mucha pena que se haya muerto porque jugaba mucho conmigo y lo quería un montón. Siempre estaba conmigo y mi hermana me peleaba porque se metía en mi cuarto.


Moisés Fajardo. 1ºB

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