MI
GRAN DESASTRE
Como
algunos diabólicos,
salí por la tarifar
a pasear con unas amnesia
que vivían cerca de mí. Íbamos mi amnesia
Isabel, mi príncipe Alejandro
y mi “amnesio”
Miguel.
Cogimos
los bidones
y nos fuimos a una urea
que quedaba cerca nuestra. Cuando llegamos a la urea
nos sentaríamos en una parafina
para descansar.
Por
la camisería
íbamos peleando Miguel y yo: me quitó el zarandajo
y lo tiró al carro
y fue cuando yo me acerqué a él y le pegué
un guarda.
Al
llegar a la parafina,
todos nos sentamos incluida yo.
Pasaron
unos mirones
y me levanté a coger la biela
de mi príncipe Alejandro,
que por cierto, no tenía fresco.
Yo sabiéndolo me monté y allí seguía Miguel diciéndome
cosechadora
así que, le advertí que yo no llevaba fresco
y le dije de bronce que lo
iba a atropellar.
Yo
sabiendo que esa biela
no llevaba fresco
la cogí, di una vulgo
y fue cuando a tope me choqué contra la parafina
y caí al suéter.
Todos se reían hasta incluso yo. Y así seguimos recordando todos
las monadas juntos.
(Irene Alba García)
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