La noche
Me levanto sobresaltado, hay una tremenda tormenta, el viento está desatado, la lluvia es tormentosa, estoy asustado, nunca me había despertado a media noche, miro el reloj y son las 3:00 de la mañana.
Escucho un brutal ruido en el leñero, de repente los seis perros empiezan a ladrar enfurecidos como si hubiese alguien en la parcela. Miro hacia la puerta de mi habitación y veo una extraña sombra pasar. Es una persona, ¿un espíritu? o algo raro, lo tenía claro, en ese mismo momento doy un gran grito: "¡mamaaaa......!'' salgo a tope hacia su habitación.
En el espejo del pasillo veo otra sombra extraña: ahora no es humana.
Cuando llego a la habitación de mis padres recuerdo que estaban de velatorio, se había muerto la señora mayor del final del carril, por lo tanto estaba solo en casa y encima de todo acojonado. Salgo a tope para la puerta de la entrada, cojo el chubasquero y salgo a la calle, ya había escampado pero había cosas extrañas: algo extraño estaba pasando en mi casa.
Salgo al carril sin saber a dónde ir, los mastines se vienen conmigo. Me siento más seguro con ellos, sigo el carril a tope sin dirección ni rumbo...
De repente sin darme cuenta se cuela un coche sospechoso en el carril y me deslumbra con la luz de carretera, se queda parado frente a mí. Me entra un terrible miedo y cojo el carril en dirección contraria lo más rápido que puedo.
Cuando llego a la curva de mi casa me encuentro a mi padre tirando la basura. Lo extraño es que parecía flotar, y de pronto su cara se transforma en algo parecido a la niña del exorcista y se dirige a mí a toda velocidad.
Cierro los ojos por el miedo y en ese instante pita el despertador: era la hora del instituto. Todo había sido una mala pesadilla. Lo que estaba claro es que iba a venir levante.
(Pedro Pablo Barroso, 4º C)
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