El Disfraz Encantado
Para
que no se rieran más de él el día de Halloween, por su disfraz,
Juan compró por Internet un traje de fantasma.
Cuando le llegó, él
rápidamente se lo puso para asustar a sus amigos. Luego en su casa,
se lo quiso quitar pero no pudo. Cuando miró el manual del disfraz,
se dio cuenta que ponía: “Todo el que se ponga este traje no se
lo podrá quitar nunca, y será para siempre un fantasma”.
Desde
ese momento todos los armarios se abrían y aparecían sombras
oscuras, cada vez que el fantasma de Juan gritaba: "¡mamáááá,
papáááá!!!"
Pablo
Ortega Carrasco (2º A)
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