"MI
ÚLTIMA NOCHE"
OLGA RAMOS, 3º C
Sábado 31 de octubre. Sí, esa noche conocida como la “noche de Halloween”, en la que dicen que por la noche salen los espíritus y todos esos rollos que la gente inventa. Yo no me creo nada o eso pensaba.
Esa
noche estaba en casa sola. Mis padres se habían ido con mis dos
hermanos a una fiesta de Halloween. Ya era tarde y decidí acostarme,
pero no podía dormir, ya que solo se escuchaba el barullo de la
gente pidiendo caramelos a las puertas y algún que otro toque al
timbre de mi casa. De repente, un silencio recorrió todo el barrio,
no se escuchaba ni una voz, nada. Al fin pude coger el sueño, pero
no por mucho tiempo: cuando estaba quedándome dormida profundamente,
una respiración muy fuerte y continua en mi oído, me despertó. Un
gran escalofrío recorrió todo mi cuerpo, me susurraba y me decía
que esta iba a ser la última. En ese momento me giré y sentí cómo
todo lo que ese susurro me decía era verdad. Fue la última, sí, la
última noche de mi vida.
MICRORRELATO
DE HALLOWEEN
POR LUCÍA ADANZA MORENO, 3º C
Se puso el sol, se fue la luz y la oscuridad se apoderó de toda la casa, dando una ambiente lúgubre y aterrador.
Encendió
una vela, iluminando parte de la estancia. No sabía si era real,
pero le pareció ver sombras y oír susurros.
Y
en medio de todo el pánico, recordó la frase de aquella mañana:
“pequeño, no temas a los extraños ruidos; son sólo las voces de
los monstruos, no en tu armario, no debajo de tu cama, sino en tu
cabeza”.
"MEMORIAS
DE UN FANTASMA"
POR NATALIA RODRÍGUEZ GALINDO, 3º C
Martes, 13 de noviembre de 2013.
Yo
era una niña normal de 14 años, que vivía en un chalet en el
campo. Ese día me quedé sola en mi casa, ya que mis padres se
fueron a trabajar. La tarde se puso fría y oscura, de repente suena
el móvil, es un mensaje de mis amigas y lo leo. No me interesa.
Querían quedar. Apago el móvil y sigo haciendo la tarea del
colegio.
Miro
la hora, son las ocho y mis padres aún no han llegado; me empiezo a
preocupar y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Llamo a mis
padres por teléfono, pero no contestan y en ese momento, miro la
ventana y empieza a llover. Se escuchan truenos.
Suena
el móvil: mis padres me dicen que van a llegar tarde, y sigo con la
tarea. Siento cómo vibra el móvil. Me asusto. Lo miro. Número
desconocido que decía: “me encantas, siempre te estoy observando y
pronto estaremos juntos eternamente”. Pienso que será una broma,
hablo con mis amigas y les digo lo que me ha pasado, pero ellas
niegan haberlo hecho y me echo a temblar. Corro hacia mi habitación
y me tapo entera. Cuando ya estoy más tranquila, me voy destapando
poco a poco observando a mi alrededor; me bajo de la cama, cuando
algo me agarra de la pierna y me tira hacia debajo. Grito, pero no me
sirve de nada. Nadie me puede ayudar. Cuando conseguí salir de
debajo de la cama, ya era demasiado tarde. Vi cómo mis padres
lloraron cuando no me vieron y no me encontraban, pero yo nunca me
fui, siempre he estado allí, aunque ellos no lo sepan y en ese
momento me di cuenta de que todo había acabado.
"CON
LA LUZ APAGADA"
POR AINHOA ROMERO GALLARDO, 3º A
Compartían piso tres chicas y una de ellas se fue a su casa a pasar el fin de semana con sus padres y la otra se fue de fiesta quedando una sola en el piso.
La
chica, de camino a la fiesta, se dio cuenta de que no había cogido
el móvil, por lo que se volvió a la casa. Al llegar a esta, no
quiso encender la luz para no despertar a su amiga. Cogió el
teléfono y se marchó.
Al
día siguiente, al volver de la fiesta, vio a mucha gente murmurando
en la entrada. Asustada, subió al piso y se encontró con varios
policías que le dijeron que su amiga había sido asesinada. Corrió
al baño para secarse las lágrimas y en el espejo vio escrito con
pintalabios rojo: “suerte que no encendiste la luz...”
"LA
VENTANA"
POR ELENA HERRERA MORALES, 3º C
Mis padres han salido, pero yo he decidido quedarme en casa. No ha sido uno de mis mejores días, y el tiempo no me ayuda mucho. Decido cenar y acostarme. Cierro la ventana. Tengo sueño y me duermo rápidamente.
De
repente me despierto. Sigue lloviendo y aún es de noche. Seguro que
mis padres ya han llegado. Entra luz por la fina ranura de la puerta,
pero no es constante: se apaga y se enciende sin parar.
Me
levanto, abro la puerta y la luz sigue parpadeando, pero cuando doy
dos pasos, se apaga. Tengo miedo. Me asomo a la escalera y veo dos
personas tiradas en el suelo. No veo claramente sus caras, me acerco
y son ellos, mis padres.
Salgo
a la calle y corro pidiendo ayuda, pero no hay nadie. Toda la calle
está llena de personas tiradas por el suelo. Hay alguien que me
sigue, corro, pero me alcanza.
Me
despierto y estoy sudando. Todo ha sido una pesadilla ¡qué alivio!
Mis padres ya han llegado pero siento escalofríos: la ventana está
abierta y recuerdo perfectamente que la había cerrado antes de
dormirme... algo raro e inexplicable está pasando...
MICRORRELATO
DE TERROR
POR JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ RAMÍREZ, 3º C
Estaba en la cama con un sudor frío recorriéndome el cuerpo. Por más que lo intentaba, no podía quedarme dormido. Me levanté para mirar la hora y, cuando salí de mi habitación llamé a mis padres, pero no contestaban. Los buscaba, pero no logré encontrarlos. Subí a mi habitación y justo cuando estaba quedándome dormido, oí el timbre de la puerta... ¿Quién podría ser a las cuatro de la madrugada?
Miré
por la mirilla pero no vi nada. Cuando ya me iba, volvió a sonar el
timbre. Me asusté tanto que me escondí detrás del mueble del
salón. Oí forcejear cuando la puerta se abrió. Entonces lo vi, un
hombre vestido completamente de negro. Ahogué un grito y...
"LA
MUJER DEL SEMÁFORO"
POR LAURA CAMACHO GARCÍA, 3º C
Un día de tormenta estaba en mi casa con mis primos y estos empezaron a contar historias de miedo. Uno de ellos contó que yendo camino a su casa, en el estando de la casa de Postas, donde hay dos semáforos, vio a una mujer con un vestido blanco roto y con una muñeca en las manos. Cuando mi primo terminó de contar la historia, le dije que yo también había visto la imagen de esa mujer y decidimos buscar información ella.
A
la semana siguiente, descubrimos que se llamaba María y que perdió
a su única hija en el cruce de la Casa de Postas. Esa pérdida le
causó mucho dolor y llegó a volverse loca. Ella creía que su hija
era la muñeca con la que jugaba su propia hija.
Con
el paso del tiempo, María fue volviendo a la realidad y ya a esa
muñeca la veía como lo que era: una simple muñeca. Pero, cuando
había recuperado la memoria, un coche la atropelló en ese sitio, en
el mismo sitio.
Desde
ese día, María se aparece a todos aquellos que son hijos únicos.
Por eso se nos apareció a mi primo y a mí.
La chica del pasillo. POR Mª CARMEN MÁRQUEZ, 3º C
Era una noche tormentosa, con viento y mucha lluvia. Me quedé dormida viendo películas de miedo y cuando desperté estaba sola, sentía como si alguien me vigilase.
Fui a la cocina a por un vaso de agua pero cuando volvía vi en el pasillo una chica de pie con la cara medio tapado por su propio pelo, se acercaba a mi así que tiré el vaso y eché a correr, ella me perseguía y cada vez estaba más cerca, no podía parar de correr, entonces me caí, pensé que estaría acabada pero cuando mire atrás, no había nada. Al cabo de un rato escuché un objeto que impactaba en el suelo. Me armé de valor y fui a comprobar que ocurría. Me asomé a la puerta y tuve contacto visual con ella, mi piel se erizó. Corrí a encerrarme en mi cuarto. Al cabo de unos minutos oía como se acercaba y de repente la puerta se abrió sola pero no había nada, decidí salir y estaba allí, donde mismo, me acerque y me quede frente a ella mirándola, pero entonces… ¡Se abalanzó sobre mí, y no pude escapar!
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