"SOÑANDO CABEZAS..."
POR MARCOS GÓMEZ, 4º A
Como
cada día, a las diez de la noche, María se fue a la cama para
descansar. Empezó a soñar, pero, por mala suerte, el sueño comenzó
a convertirse en una pesadilla. Soñó que tenía tres cabezas de
niños en la nevera. Del susto, María despertó de un sobresalto y
corrió a la cocina. Abrió la nevera. No había tres cabezas, sino
cinco. Soltó entonces un suspiro de alivio: no faltaba ninguna.
"LOS DÍAS 13"
POR
Mª CARMEN GONZÁLEZ SÁNCHEZ, 4º A
13
de noviembre. Y de nuevo la misma situación que se repite todos los
13 de cada mes: arañazos en mi cuerpo, habitación desordenada,
grifos abiertos y platos rotos...¿Qué pasa? ¿No me vas a perdonar
nunca? ¡Yo no quise jugar a ese juego! Ese juego, ese maldito juego
al que nunca debí jugar, nunca debí hacer la ouija. Me llaman al
teléfono, sólo se oye a alguien susurrar el número 13 muchas veces
seguidas... “¿No te cansas?” Eso es lo que grito y un escalofrío
recorre mi cuerpo.
Me
preparo para irme al trabajo, me miro al espejo y veo que hay un 13
rayado en él. Es pequeño, no se nota. Sonrío. Me giro y noto como
si alguien, desde el espejo, me observase. Pero no, no hay nada. Sólo
yo reflejada. Al salir olvido apagar la luz, aunque demasiado tarde,
ya la había apagado él: mi otro lado del espejo que me hace
compañía desde un 13 de abril.
"LA VISITA"
POR TANIA UREBA RAMÍREZ, 4º A
Todas las tardes solía ir a ver a mi abuela. Le cuidaba su
cuarto y le hacía las tareas de la casa mientras que ella me cocinaba un
delicioso pastel. Desde hace dos semanas voy todas las tardes y echo allí hasta
la hora de cenar.
Últimamente me cuenta cosas muy raras. El otro día me dijo: “Por
fin volví a tocar la mano de tu abuelo”. Me sorprendió mucho porque mi abuelo
lleva muerto 11 años, pero no le hice mucho caso y seguí haciendo las tareas.
El otro día fui a casa de mi abuela como de rutina y me encontré
allí a mis tíos deambulado por la casa. No me podía creer lo que estaban
haciendo e, inmediatamente, les pregunté:
-¿Qué hacéis? ¿Por qué os lleváis las cosas de abuela?
Y mi madre, con un tono muy delicado me contestó:
-Cariño, asimílalo, abuela ya no volverá”.
"ESTA
NOCHE"
POR
MAXIMILIAN WEYERS, 4º A
Era
el 12 de octubre. La niña cumplió 14 años ese día de oscuridad y
tormenta cuando el increíble trueno hizo mover las ideas dentro de
las mentes más perdidas en este mundo. En esa noche tan bonita, ella
perdió su vida.
"EL SÓTANO"
POR MEGAN ROSE SUMMERS
Creía que después de toda su vida viviendo ahí sabría todo lo que
tuviera que saber sobre su casa, que no existía un solo rincón donde había
investigado mil veces, pero se equivocó...
los golpes que sonaban al otro lado de la pared de su habitación
indicaban que alguien le estaba llamando. Se levantó de la cama y comenzó a
seguir el ruido.
-¿Quién es?- dijo asustada.
-Soy yo cariño. Ven, necesito tu ayuda- respondió la dulce voz de su
madre.
Se acercó lentamente a la puerta del sótano, una puerta vieja y
chirriante. La abrió y comenzó a bajar las escaleras, extrañada por el hecho de
que su madre estuviera ahí abajo a esas horas.
- ¿Mamá? - preguntó.
- Aquí, hija. Ven, pasa-
la voz provenía de una pequeña puerta escondida en la esquina del sótano.
Sin pensárselo más, entró por la pequeña y oscura puerta que nunca
antes había visto. La puerta se cerró sola. Estaba oscuro, muy oscuro. Apenas
se podía ver. La chica no pudo evitar que le invadiera un sentimiento de terror
al recordar que estaba sola en casa.
"LA
CASA DE MI ABUELA"
POR
JUAN JESÚS AGUILAR ALMAZO. 4º A
Era
un martes 13 y estaba en casa de mi abuela. Me encontraba duchándome
cuando de repente se fue la luz.
Yo
tenía mucho miedo ya que temo a la oscuridad.
Intenté
salir de la ducha sin caerme, cogí el albornoz como pude y me dirigí
hacia el pasillo. Salí y vi una luz roja al final de él. Me
acerqué. Caí en un lugar oscuro de donde nunca he logrado salir.
"ESCALOFRÍOS"
POR ROCÍO SÁNCHEZ, 4º A
Era una de las noches más frías que había hecho en todo el
invierno. Esther tenía la necesidad de irse a la cama más pronto de lo normal
ya que se no se encontraba muy bien. Sentía una sensación extraña y un
escalofrío muy incómodo. No sabía por qué, pero llevaba varias noches
despertándose a la misma hora con esa misma sensación que tenía en ese preciso
momento. Se acostó, pero antes de que lograra conciliar el sueño, ahí estaba
otra vez esa voz angustiada llamándola. Miró a su alrededor pero no vio nada, volvió
a relajarse y cuando estaba a punto de dormirse, volvió a escucharla de nuevo.
Esta vez se levantó más rápido, creyendo que sería una broma de sus hermanos.
Pero no, se quedó boquiabierta cuando la vio
“¿Quién
era?” Se preguntaba. No sabía cómo había logrado entrar en su habitación. Pero
antes de que pudiera decir una sola palabra, esa imagen escalofriante
desapareció.
"LA HIJA"
POR LAURA JIMÉNEZ JANKOWSKA, 4º B
Ana era una niña de
12 años a la que sin saber muy bien por qué, le gustaba mucho permanecer en su
cuarto sola. Todas las noches su madre, María, al pasar por la puerta de la
habitación, la escuchaba hablar con alguien y, a veces, incluso se reía y jugaba
con aquella “persona”.
La madre, asustada,
no comprendía cómo su hija con la edad que tenía, podía tener aún un amigo
imaginario, algo normal en niños más pequeños. A veces, intentaba hablar con su
hija, pero ni siquiera le miraba a la cara.
Un día, María decidió
cotillear y ver qué encontraba en la habitación de su hija. Como loca, empezó a
abrir cajones y armarios y sólo veía fotos de su hija y juguetes, pero cuando
abrió el armario, vio un peluche, una foto y un periódico en el que ponía:
“Madre asesina a su pequeña hija de tan solo 12 años encerrándola hasta morir
en su propio cuarto”.
"MI GATO"
POR
LORENA LEAL RODRÍGUEZ, 4º B
Lorena
dormía plácidamente en su habitación. Estaba totalmente a oscuras.
De repente, se despertó al sentir que algo había saltado sobre su
cama. Ni se molestó en abrir los ojos: su gato dormía todas las
noches con ella. Lo sintió moverse a su alrededor, se arrimaba y
acercaba a su cara. Tranquila, se dio la vuelta hacia el otro lado y
siguió durmiendo.
A
la mañana siguiente, Lorena se despertó y se sentó en la cama. Se
restregó los ojos y dio un bostezo. Giró la cabeza buscando su
gato, cuando se sobresaltó al recordar que su gato había muerto una
semana antes...
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