Un
día que estaba solo en casa... Era sobre la una de la madrugada...
Cuando
me entró sueño fui a mi cuarto, me acosté y me quedé enseguida dormido. Pero, de repente, aparecí en un pasillo, había una silla al fondo del pasillo,
sentada en esa silla una anciana con un gato gris y blanco acostado en su regazo.
Al
lado de esa mujer había unas escaleras que te llevaban al desván, allí se escuchaban bebés llorando... Subí y lo vi todo negro...
Y, de pronto, desperté.
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