La casa de las
almas perdidas.
Había una vez una familia gótica que un día jugó a
invocar a espíritus y hablaron con el alma de una mujer que
rondaba siempre por su casa ya que había vivido allí.
A los
niños se le aparecía con un gran manto negro, y como a los hermanos les daba
miedo decidieron contárselo a sus padres. Éstos decidieron contactar con el
espíritu.
Al día
siguiente era otro espíritu el que rondaba por allí.
Y así
todos los días durante dos meses, que para ellos fueron eternos.
El martes
13 de Diciembre de 1963 la familia entera se comunicó con todos los espíritus y
éstos les dijeron que en la entrada pusieran la cara de Frankenstein para que los espíritus los dejaran en paz.
Al año y
dos meses de la reforma de la casa que espantaba a los vecinos, amigos y
familiares se volvieron a comunicar con los espíritus y éstos como bien habían
prometido los dejaron en paz.
Pero solo fue…por el momento....
La
casa encantada
Una tarde,
quedé con mis amigos, para pasarlo bien un rato. Quedamos en casa de mi amiga
Julia.
Al lado de la
casa de Julia, había una casa abandonada, en la que nadie se había atrevido a
entrar desde que falleció aquel hombre tan extraño.
Nuestra idea
fue entrar y hacer “la tabla wija” porque cuentan, que si la haces, sale un
espíritu y te persigue, y como teníamos curiosidad por saber lo que había
dentro, decidimos entrar.
David
llevaba la tabla ya dibujada. Entramos y con una linterna nos alumbramos. No
había mucho, sólo una silla en el centro de la primera habitación. Allí nos
sentamos y empezamos a jugar. Escuchamos un ruido, y, asustados, fuimos a la
habitación que estaba enfrente.
Laura afirmó
haber visto algo, pero nosotros no veíamos nada.
Miramos hacia
atrás y vimos a Laura sangrando, como si le hubieran clavado un cuchillo.
Una trampilla se abrió y todos caímos
abajo, donde estaba el espíritu del hombre fallecido con el cuchillo en la
mano.
Silvia
Brenes 1ºA
ELCABALLO MISTERIOSO
Eran dos
chicos que iban caminando de noche por un sendero cuando, de pronto, vieron a
un hombre montado en un caballo.
Lo que no
sabían era que ese hombre no tenía rostro.
Cuando los chicos se acercaron para
preguntarle:“¿Está bien?”,¿Se encuentra
bien?
El hombre no
respondió. Uno de los chicos fue a acercarse y, de repente, el hombre le cogió
la mano, se dirigió a los demás y les dijo: “Aquí no
estáis a salvo”.
Los chicos
salieron corriendo y cuando miraron hacia atrás no estaban ni el hombre ni el
caballo.
Cuando
volvieron a mirar hacia delante el hombre los esperaba con una guadaña y...
Inés Mª Seijo 1º-A
"El camino"
La chica paseaba en aquella terrorífica noche. Eran las tres
de la madrugada y aún
se notaba la humedad en el suelo.
Iba sola e insegura. No sabía a dónde ir.
De pronto, detrás de los árboles, apareció una sombra con
forma de caballo. Ella se asustó.
Se oían los búhos cantar, cuando de repente, un sonido
extraño la inquietó.
Se trataba de un viejo leñador que andaba por allí.
Ella, aterrada, preguntó:
-¿Quién es usted?¿Dónde estoy?
El hombre respondió:
-No eres quién para estar por aquí.
Y desapareció difuminándose en la noche.
La chica volvió a ver ese caballo, pero esta vez no era una
sombra.
Llevaba un jinete lúgubre con capucha negra. La chica
preguntó:
-¿Quién eres?-le resultaba familiar.
El jinete dijo:
-Soy el responsable de tus pesadillas, ¿te acuerdas, Laura?
Se quitó la capucha y la chica no pudo creer lo que veía: estaba
decapitado.
Rápidamente la chica huyó, pero no pudo salir viva, pues se
convirtió también en una pesadilla.
Lucía Arjones 1ºC
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