viernes, 1 de abril de 2016

La caja de las palabras y los héroes (Marius Smiley, 3ºB), Prof. Elvira Mármol


LOS HÉROES


Hace cincuenta años, fui de vacaciones a Nueva York: “el paraíso del planeta”. Así la veíamos desde Europa. En la entrada de la ciudad veía el paraíso que siempre soñé. Pero una vez llegado a la otra parte de la ciudad, vi la otra cara de Nueva York, que no veíamos desde Europa. Los malvados estaban en todas partes, formando una agrupación llamada “Los Morganianos”.

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Rápidamente empecé a correr y me caí en la guarida de los Morganianos. Allí, descubrí cosas sobre los Morganianos, pero alguien me pilló, salí rápido y volví al exterior. Después de un día agotador, fui al hotel para descansar. Pero tenía un sueño, en que se me enseñaba hacer una agrupación llamada “EL ESCUDO”. Así que de repente me levanté, comí chicharrones y me pensé toda la noche en la agrupación para defender la ciudad. 
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Por la mañana, me encontré con mi mejor amigo de la facultad de robótica, Sancho Brenes. Hemos ido a una cafetería y le conté sobre los Morganianos y se puso de acuerdo para ayudarme. Día, tras día trabajábamos en dos robots. Después de un mes, hemos terminados los dos  robots. Un día,  nos encontramos con los Morganianos y empezamos a pelearnos. Hasta que vi un miembro de los Morganianos, una mujer que rondaba los veinticinco años. Entonces vi la belleza ideal del ser humano. 
Al final, hemos ganado la pequeña lucha con una parte de la agrupación de los Morganianos. 
Día, tras día pensaba en la belleza de esa mujer, era la primera vez en mi vida que me enamoraba. Y un día me encontré con ella en un mercado, le pregunté cómo se llamaba y la invité a una pastelería. Ella no sabía que soy Marius Stark, el líder del ESCUDO. Me dijo que se llama Andrea Pepper y me dijo que su padre, el líder de los Morganianos, la obliga a participar en los delitos de su agrupación. 
Así que ella, el Capitán América y el doctor Bannet se nos han unido. Y así hemos empezado la batalla final, pero de repente, una luz brillante se bajó del cielo, era el espíritu legendario del Don Quijote de la Mancha, que nos ayudó a destruir a los Morganianos. Después de una pelea cruel hemos celebrado la victoria. 
Y al final yo y Andrea nos hemos casado y hemos vivido felices hasta ahora.

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