DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA, 8 DE MARZO

CAPERUCITA ROJA

Había una vez una niña llamada Caperucita Roja. Un día, el papá de Caperucita la mandó a casa de su abuelita, que tenía hambre, para que le llevara chocolate y dulces. Su padre le dijo: "no te apartes del camino de siempre, ya que en el bosque hay lobos", y ella le dijo: “ Me sé cuidar por mí misma, no soy tonta papá”.

Caperucita Roja iba cantando y , de repente, se encontró con un lobo que le dijo: 
- Caperucita, Caperucita, ¿dónde vas?
- A casa de mi abuelita - respondió Caperucita
- ¡Vamos a hacer una carrera!- le propuso el lobo.

Ella no aceptó, pero el lobo no le hizo caso y comenzó a correr hacia la casa de la abuelita. El lobo llegó antes que ella y escondió a la abuelita en el armario, ya que estaba dormida y no se había dado cuenta de nada.

Cuando ésta llegó, llamó a la puerta: 
- ¿Quién es?- dijo el lobo vestido de abuelita. 
- Soy yo- contestó Caperucita. 
- Pasa, pasa - le propuso el lobo disfrazado

Caperucita se dio cuenta de que no era su abuela, pero fingió no saber nada para poder atacar al lobo cuando este estuviera desprevenido....  
- ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes - exclamó la niña .
- Son para verte mejor.
- Y qué orejas tan grandes tienes.
- Son para oírte mejor.

De repente, la abuela salió del armario y empezó a darle al lobo con un palo. Caperucita cogió el arco que tenía la abuela colgado en la habitación de cuando esta ganó el oro en tiro con arco en las Olimpiadas del 92 y comenzó a disparar al lobo como pudo.






Mientras, un leñador que pasaba por los alrededores, al escuchar alboroto en la casa, decidió entrar y preguntar qué estaba pasando. El lobo, al ver las intenciones de Caperucita, tomó al leñador de rehén. Pero Caperucita aciertó con el arco y salvó al leñador de las garras del lobo.
Con ello, mató al lobo y, colorín colorado... este nuevo cuento, ha terminado.

Mercedes Piña Román, Sandra Piña Román, Araceli Calderón Brenes. 4ºA.