LA HORA
MALDITA : Pablo Amaya Brenes. 2 C
En
una noche de invierno, estaba
en mi cama leyendo y, cuando
terminé de leer el
capítulo noveno,
me sentí muy cansado y
los ojos se me caían,
así que decidí
dejar de leer. Puse
el libro en la mesita de noche y me dispuse a dormir, pero
cuando ya estaba cogiendo el sueño escuché
un ruido en el salón.
Al principio no le di
mucha importancia y seguí
intentando dormir, pero el ruido se hacía
cada vez más y más
fuerte. Cuando ya se
calmó un poco, fui
al baño, encendí la
luz del pasillo y no había
nada. Eran las tres
en punto de la madrugada y seguía
escuchando esos ruidos extraños
que procedían del
salón y me acordé
de que el día anterior
había
leído que a las tres
en punto de la madrugada era la hora del diablo, ya que como a Jesús
lo mataron a las tres en punto de la tarde entonces las tres en punto
de la madrugada es como una forma de burlarse el diablo de Jesús,
cosa que nunca entendí, pero
igualmente me dio mucho miedo. El
reloj dio las cuatro de la madrugada y todo pasó.
Eso me hizo pensar
mucho a la mañana
siguiente. Se
lo conté a mis
padres, pero ellos no se lo creyeron .
A
la noche siguiente repetí mis propios pasos de la noche en que me
había pasado eso tan extraño,
pero
esta vez le eche
valor y fui hacia el salón
de donde procedían
los ruidos. Eran
las dos y cincuenta y nueve, me senté
en el sofá y, de
pronto, se escuchó
un ruido que procedía
del reloj antiguo que tenía
mi madre marcaba las tres en punto y de pronto todo se movía:
los muebles, la mesa, los cuadros se torcieron etc...
De
pronto me desperté
gritando y muy sobresaltado: todo era fruto de mi imaginación
causado por esa teoría
de la hora.
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