Sabéis
dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero en ese
momento pensé que se había esfumado, ¿sabéis por qué?, pues,
simplemente porque tengo un sueño desde que tengo seis años, pero no sé
por qué me desaniman, ellos siempre me dicen: "Jake, no seas tonto, es
imposible, ¿cómo quieres hacer eso si no tienes dinero ni para
comprarte un chicle?" Mi madre ahora no me deja salir de casa, dice
que hay unos malvados que yo que sé... Bueno, ella sabrá. Ya era de
noche y mi madre me llamó para comer y, adivinad: chicharrones para
comer ¡qué asco!, terminé de comer y me acosté, y fíjate si estaba
aburrido que me puse a leer “Don Quijote”, bueno a la mitad del
libro me quedé dormido.
Por
la mañana quedé un rato con mi amigo Peter, en este caso yo sería
“don Quijote” y el “Sancho”; bueno, fuimos al bosque y me
decidí a contarle mi sueño, que era emprender un viaje por todo el
mundo con mi amada o mi novia o esposa, bueno como la queráis
llamar. Mi amigo se quedó de piedra pero al rato se puso a reírse a
carcajadas, si te digo la verdad me dolió mucho que mi amigo se
riera de mi sueño. Salí corriendo sin parar hacia el precipicio,
miré al mar, libre, sin prejuicios, lo envidie mucho.
De
repente, me acorralaron los malvados de los que hablaba mi madre. Cerré
los ojos y salí corriendo hacia la primera escapatoria que hubiese,
mientras corría dije: "Peter corre, corre y no pares". Y de noche
llegué a casa con Peter.
Pasaron
cinco años, seis tal vez y un día sin pensármelo dos veces huí
de casa, dejé atrás a mi familia, a mis amigos, a mi pueblo…, con
los ahorros de toda mi vida que tenía escondido cogí un vuelo hacia
Alemania, allí encontré a una chica joven llamada Lucy con la que a
los tres años me casé, tuve una familia, viajé a muchos sitios como
a Francia, Rusia y muchos mas, mi preferido fue el pueblo de Conil de
la Frontera.
Se
puede decir que al fin y al cabo mi sueño se hizó realidad.
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