Un mundo justo
Érase
una vez, en una tierra muy, muy lejana un reino gobernado por un
joven rey llamado L. Este rey era muy querido por su pueblo, ya que
siempre gobernaba con igualdad y justicia, cosa que no se podía
decir de su hermano gemelo N. Al contrario que L, su hermano N era
vil y cruel y no respetaba la justicia. Un día el joven rey L
emprendió un viaje para intentar comprender por qué los hombres como
su hermano eran tan malvadas, así que decidió cruzar el precipicio
que separaba el reino de los otros pueblos, donde la justicia que el
tanto amaba no era tan apreciada.
El
sueño del joven rey de un mundo poblado de gente buena y amable no
podía llevarse acabo sin ese viaje hacia la desigualdad y la
injusticia que él detestaba.
Así
pues su primera parada fue Marvoreo, un pueblo con fama de
delincuencia y mucha injusticia, pero bastante famoso por sus
deliciosos chicharrones, importados desde el reino de Conil, famoso
por sus hermosas playas.
Fue
allí, en Marvoreo donde el rey conoció a un caballero llamado
Sancho, que juró prestarle lealtad a cambio de que lo dejara ser su
escudero y acompañante durante su viaje. El rey aceptó y así junto
a su nuevo escudero continuó su viaje.
L no llegaba a entender
por qué había gente tan injusta y malvada, cada vez que pensaba en
ello se acordaba de su amada madre, quien le había criado rodeado de
los principios que él tanto apreciada.
Durante
el camino se encontró con un caballero llamado don Quijote, un hombre
mayor y bastante sabio que ya en una ocasión le ayudó, así que de
nuevo le pidió consejo.
Una
vez que el rey le explicó su problema, el sabio Don Quijote dijo que
lo que quería conseguir no podía ser posible, ya que una sola
persona no podía hacer cambiar la forma de pensar de tantas otras y
de lo que debía preocuparse era del bienestar de su reino y poco a
poco de los otros pueblos.
Así
que el joven L, junto a su fiel escudero Sancho, volvieron juntos al
reino, y desde ese día el rey emprendió una lucha contra la
injusticia que juró continuar hasta que la justicia y el bien
reinaran en el mundo.
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