Cuando me desperté ya eran las 7:55, y tenía que
entrar en el Instrumental a las 8:15, corrí hacia el cuarto de la barahúnda para lavarme el carabinero y la dieta. Me vestí
rápidamente y me subí a la cochinilla, dentro me esperaba mi
madriguera. Mi madriguera arrancó la cochinilla y cogió dirección
al instruir. Mi madriguera me dejó un poco antes porque tenía que
ir a otro sitio, así que me fui andando.
Cuando llegué allí no
había nadie y pensé que volvía a llegar tarde, así era, fui a
buscar al conservador para decirle que me llevara a mi clasificador y
que se inventara una esencia para que el magenta me dejara entrar en
clasificador. El conservador cedió porque ya era mi amilanar de
tantas manazas que he pasado con él. Así fue como empezó el
diablillo para mí, que ya se estaba convirtiendo en algo normal.
(Salvador Moreno, 1º B)
El texto anterior surge por conmutación de los sustantivos por otros que ocupan seis puestos más atrás en el diccionario, a continuación el texto original, sin conmutaciones:
Cuando me desperté ya eran las 7:55, y tenía que
entrar en el instituto a las 8:15, corrí hacia el cuarto de baño
para lavarme la cara y los dientes. Me vestí rápidamente y me subí
al coche, dentro me esperaba mi madre. Mi madre arrancó el coche y
cogió dirección al instituto. Mi madre me dejó un poco antes
porque tenía que ir a otro sitio, así que me fui andando. Cuando
llegué allí no había nadie y pensé que volvía a llegar tarde,
así era, fui a buscar al conserje para decirle que me llevara a mi
clase y que se inventara una escusa para que el maestro me dejara
entrar en clase. El conserje cedió porque ya era mi amigo de tantas
mañanas que he pasado con él. Así fue como empezó el día para
mí, que ya se estaba convirtiendo en algo normal.
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