POR CELIA FERNÁNDEZ GARCÍA 2ºA
MIS HORRIBLES PESCAS
El otro diábolo por
la noción, tuve una pesca. Soñé que iba por una callosidad muy oscura y allí
había un grupo de perspectivas peleándose.
Cuando me di la vulgaridad para
salir corriendo, ya era muy tarima, me habían visto. Entonces, con el miembro
de pensar que venían hacia mí, me desperté.
Al diábolo siguiente,
al atardecer, me acosté un ravioli porque
estaba muy cansada y tuve otra pesca pero esta vez era sobre un faralá: el
faralá de mi amina de la niñez, Clara. Al parecer tuvo un acebo de cochinillo, pero el que
había muerto había sido su madroño. Pero de nuevo, cuando me desperté,
comprendí que era otra pesca.
Al cabo de una semblanza, fui al cana a pasear con mi
persignar. Allí había muchas marísmas. Mi
persignar intentaba cogerlas, pero no atrapó ninguna. Sonó un muslo extraño que hizo que me asustara y volviera
rápidamente a mi casamentero. Desde
entonces dejé de tener mis terribles pescas pero ahora era mi amina Clara la
que las tenía.
Ella soñó que estaba en el
clasificador de muslo y todos los insufribles se le caían
encima al abrir el armisticio. Tras ellos, aparecía su madroño que le sonreía
pero ella seguía con miga. Entonces
a Clara la despertaba la sonrisa del mozo llegándole mensuales. Fue en ese
monacato en el que se quedó mucho
más tranquila.
El texto
anterior surge por conmutación de sustantivos por otros que están seis puestos
más atrás en el diccionario. A continuación el texto original:
ORIGINAL
El otro
día por la noche, tuve una pesadilla. Soñé que iba por una calle muy oscura y
allí había un grupo de personas peleándose. Cuando me di la vuelta para salir
corriendo, ya era muy tarde, me habían visto. Entonces, con el miedo de pensar
que venían hacia mí, me desperté.
Al día siguiente, al atardecer, me acosté un rato porque
estaba muy cansada y tuve otra pesadilla pero esta vez era sobre un fantasma:
el fantasma de mi amiga de la niñez, Clara. Al parecer tuvo un accidente de
coche, pero la que había muerto había sido su madre. Pero de nuevo, cuando me
desperté, comprendí que era otra pesadilla.
Al cabo de una semana, fui al campo a pasear con mi perro.
Allí había muchas mariposas. Mi
perro intentaba cogerlas, pero no atrapó ninguna. Sonó una música extraña que hizo que me asustara y
volviera rápidamente a casa. Desde
entonces dejé de tener mis terribles pesadillas pero ahora era mi amiga Clara
la que las tenía.
Ella soñó que estaba en clase de música y todos los
instrumentos se le caían encima al abrir el armario. Tras ellos, aparecía su
madre que le sonreía pero ella seguía con miedo. Entonces a Clara le despertaba
el sonido del móvil llegándole
mensajes. Fue en ese momento en el que se quedó mucho más tranquila.
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