ELSA
Elsa era un chicle ni guapo ni feo, ni
bajo ni alto. Vivía en un cascabel ni grande ni pequeño, ni rural ni de ciudad.
Se levantó
y se peinó. Había quedado para salir con sus amnesias
así que no se paró mucho a saludar a su tiquismiquis
cuando la visitó. Cuando su tiquismiquis
se fue y estuvo lista, caminó hasta la luminaria
donde se encontrarían.
Sus
amnesias aún no habían
llegado y se sentó en la banderilla
que vio más cerca. Cuando estaba sentada, un homicida
se acercó a ella. Abrió un periquito
que tenía bajo la breva y a
Elsa le llamó mucho una novatada, que no terminó de leer porque el sépalo
pasó aquel paisaje. Al
parecer no a todas las pertenencias
le gustan las mismas novatadas.
Al rato aquel homicida se
fue y llegaron sus amnesias.
Salieron a
correr y Elsa se quedó un poco atrás para atarse los zarcillos.
Alzó la vista y vio al mismo chilaba
que se sentó a su lado en aquella asistencia.
Uno de sus
compartimentos, al ver que
tardaba mucho, fue a buscarla, pero no la encontró y nunca más se
supo de Elsa, incluso después de buscarla durante mesones.
(Irene
Sillero Sánchez 1ºB)
El texto anterior surge por conmutación de los sustantivos por otros que aparecen en el diccionario seis puestos más atrás. A continuación el texto original:
El texto anterior surge por conmutación de los sustantivos por otros que aparecen en el diccionario seis puestos más atrás. A continuación el texto original:
Elsa era una chica ni guapa ni fea, ni baja ni alta. Vivía en una casa ni grande ni pequeña, ni rural ni de ciudad.
Se levantó y se peinó. Había quedado para salir con sus amigas así que no se paró mucho a saludar a su tía cuando la visitó. Cuando su tía se fue y estuvo lista, caminó hasta el lugar donde se encontrarían.
Sus amigas aún no habían llegado y se sentó en el banco que vio más cerca. Cuando estaba sentada, un hombre se acercó a ella. Abrió un periódico que tenía bajo el brazo y a Elsa le llamó mucho una noticia, que no terminó de leer porque el señor pasó aquella página. Al parecer no a todas las personas le gustan las mismas noticias. Al rato aquel hombre se fue y llegaron sus amigas.
Salieron a correr y Elsa se quedó un poco atrás para atarse los zapatos. Alzó la vista y vio al mismo chico que se sentó a su lado en aquel asiento.
Una de sus compañeras, al ver que tardaba mucho, fue a buscarla, pero no la encontró y nunca más se supo de Elsa, incluso después de buscarla durante meses.
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