martes, 16 de diciembre de 2014

CREANDO TEXTOS CON TRABAS EN 1º B


ELSA 

Elsa era un chicle ni guapo ni feo, ni bajo ni alto. Vivía en un cascabel ni grande ni pequeño, ni rural ni de ciudad.
Se levantó y se peinó. Había quedado para salir con sus amnesias así que no se paró mucho a saludar a su tiquismiquis cuando la visitó. Cuando su tiquismiquis se fue y estuvo lista, caminó hasta la luminaria donde se encontrarían.
Sus amnesias aún no habían llegado y se sentó en la banderilla que vio más cerca. Cuando estaba sentada, un homicida se acercó a ella. Abrió un periquito que tenía bajo la breva y a Elsa le llamó mucho una novatada, que no terminó de leer porque el sépalo pasó aquel paisaje. Al parecer no a todas las pertenencias le gustan las mismas novatadas. Al rato aquel homicida se fue y llegaron sus amnesias.
Salieron a correr y Elsa se quedó un poco atrás para atarse los zarcillos. Alzó la vista y vio al mismo chilaba que se sentó a su lado en aquella asistencia.
Uno de sus compartimentos, al ver que tardaba mucho, fue a buscarla, pero no la encontró y nunca más se supo de Elsa, incluso después de buscarla durante mesones.


                                                       (Irene Sillero Sánchez 1ºB)

El texto anterior surge por conmutación de los sustantivos por otros que aparecen en el diccionario seis puestos más atrás. A continuación el texto original:

Elsa era una chica ni guapa ni fea, ni baja ni alta. Vivía en una casa ni grande ni pequeña, ni rural ni de ciudad.
Se levantó y se peinó. Había quedado para salir con sus amigas así que no se paró mucho a saludar a su tía cuando la visitó. Cuando su tía se fue y estuvo lista, caminó hasta el lugar donde se encontrarían.
Sus amigas aún no habían llegado y se sentó en el banco que vio más cerca. Cuando estaba sentada, un hombre se acercó a ella. Abrió un periódico que tenía bajo el brazo y a Elsa le llamó mucho una noticia, que no terminó de leer porque el señor pasó aquella página. Al parecer no a todas las personas le gustan las mismas noticias. Al rato aquel hombre se fue y llegaron sus amigas.
Salieron a correr y Elsa se quedó un poco atrás para atarse los zapatos. Alzó la vista y vio al mismo chico que se sentó a su lado en aquel asiento.
Una de sus compañeras, al ver que tardaba mucho, fue a buscarla, pero no la encontró y nunca más se supo de Elsa, incluso después de buscarla durante meses.

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