Soy una mujer muy joven y tengo miedo a los puentes.
Un día en que yo iba de
camino a una ciudad y tuve que cruzar un río tuve mucho miedo, pèro me
encontré con dos monjes y un monje me llevó sobre sus hombros y así pude
cruzar.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por
dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este
monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio,
mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le
dijo:
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca
de lo que has hecho. Está prohibido.
-¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el
otro.
-¿Te has olvidado? Llevaste a esa hermosa mujer sobre tus
hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rio y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas
atrás. Tú todavía la estás cargando…
FIN
(Kai Wolf, 2ºC)
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