LEYENDAS DE ESPAÑYA
Nada
se recuerda de él, sólo un intrépido viaje que le abarcó toda su
vida. Malvados y enemigos se entrometían en su camino, muchas
pruebas tuvo que pasar.
En una de las hazañas del viaje le
interrumpió un obstáculo, un enorme precipicio se le anteponía. Con una fuerza sobrenatural lo cruzó, era como un sueño, volar como
un pájaro, había descubierto un “sueño”, parecía que se lo
habían proporcionado los chicharrones de su abuela, se había dado
cuenta de que era un héroe, era … Sancho.
Habían pasado diecisiete años y continuaba su viaje, sólo él y su amada, Parientina. Después de tantos años no le había ocurrido ningún suceso más, hasta que llegó don Quijote, un ser gigantesco que habitaba en los montes de “Maspalante”. Sancho, al cruzarse con él, sacó su navaja, que la había compró en “Albacetín”, y mató al gigante de una estacada, dejando al pueblo de “Eldelmedio” liberado.
Habían pasado diecisiete años y continuaba su viaje, sólo él y su amada, Parientina. Después de tantos años no le había ocurrido ningún suceso más, hasta que llegó don Quijote, un ser gigantesco que habitaba en los montes de “Maspalante”. Sancho, al cruzarse con él, sacó su navaja, que la había compró en “Albacetín”, y mató al gigante de una estacada, dejando al pueblo de “Eldelmedio” liberado.
Pasaron
aún más años, tantos que la navaja de Sancho se oxidó y quedó
inservible.
Y llegó Sancho a “Conilés”, un pueblo de “Cadizte”. Tan grande fue la fama de Sancho que los conilenses, al saber que estaba en su pueblo, acudieron a pedirle ayuda, querían que rescatara a una niña que estaba apresada por una bruja en lo alto de la torre “Alguzmán”.
Sancho no se lo pensó dos veces y fue a rescatarla;
subiendo las escaleras, despacio, claro; ya que sobre él, recaían
tres cuartos de siglo de andanzas vividas. Llegó a lo alto de la
torre, desde allí se divisaba todo el precioso pueblo de “Conilés”;
pero no viene al cuento. Allí se encontraba la bruja con la niña
apresada, y con un rápido, bueno, casi rápido movimiento, Sancho se
abalanzó sobre la bruja, llamada “Guerrillera”, tirándola por
el borde, y bueno, no quiero saber lo que le pasó. Todo “Conilés”
estaba atónito con la escena tan extraordinaria que Sancho había
hecho y decidieron, en honor a Sancho, cambiarse sus apellidos y
ponerse Sánchez, en honor al que, en algún día, fue el héroe de
toda “Españya”, y más tarde, rey de “Europeudus”.
Y llegó Sancho a “Conilés”, un pueblo de “Cadizte”. Tan grande fue la fama de Sancho que los conilenses, al saber que estaba en su pueblo, acudieron a pedirle ayuda, querían que rescatara a una niña que estaba apresada por una bruja en lo alto de la torre “Alguzmán”.
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