La noche estaba
tranquila, sin viento y sin nubes. Pasaba el tiempo y no picaba nada, hasta que
cogí una dorada. La saqué del agua y en vez de tener la frente entre dorada y
amarilla la tenía roja. A los 5 minutos de tenerla en tierra el cielo se llenó
de nubes rojas.
Yo y mi padre estábamos asustados. De repente, en las nubes, se
abrió un circuló y bajó un vehículo parecido a un ovni muy grande, de color
rojo también, abrió unas compuertas y absorbieron a la dorada. Desde el
vehículo una silueta nos dijo que era la dorada prohibida y que no se llamaba
dorada sino colorada.
Nos fuimos
enseguida corriendo y ni yo ni mi padre pudimos pegar ojo en toda la noche.
Al día siguiente
era el cumpleaños de mi primo
Nicolás.
Allí estuve contándole el suceso a todo
el mundo, pero nadie me creyó, mas me tomaron por loco.
Un amigo de mi
primo vio una mariposa con las alas rojas y se dispuso a cogerla.
La tarde estaba de
buen tiempo hasta que se puso tal y como esa maldita noche de la playa, y
ocurrió exactamente lo mismo, ese vehículo se llevó la mariposa colorada y todo
el mundo se quedó impactado.
Me dispuse a
buscar información sobre este suceso y encontré información.
Se trataba de un
rey fantasma llamado Colorado que protegía a los animales y a la naturaleza.
Desde aquel día
dejé de pescar y de todo lo relacionado con el acoso a los seres vivos por
miedo y temor a que ocurriera esto de nuevo.
(Daniel Herrera, 3ºB)
(Daniel Herrera, 3ºB)
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