lunes, 27 de enero de 2014

TEXTOS CON CINCO PALABRAS DE 2º B (VERANO, NUBE, TERREMOTO, MÚSICA, CELOS)


 


DIEGO NARVÁEZ RAMOS

Una mañana en la vida de Pepe

Érase una vez un niño llamado Pepe que era muy despistado y siempre estaba en las nubes. Era moreno, ojos verdes, bajito y muy sociable. 


Un día, en la clase de matemáticas, estaba haciendo la tarea que le había mandado su maestra Juani. Pepe miró a la ventana y empezó a pensar en cómo sería un verano en el que sus padres planearan ir de viaje a París. Se imaginaba cómo sería su vida allí sin saber nada de francés, ya que no le caía nada bien la maestra de esta asignatura.  Justo cuando estaba en lo mejor de su viaje, escuchó a Juani que decía:
-¡Pepe, baja de las nubes!

El niño se asustó, la miró y siguió con su tarea.

Después de unos veinte minutos sonó el timbre y la profesora exclamó:
-¡Al recreo!

Pepe, contento, salió escopeteado por la puerta ya que no podía aguantar más. Por casualidad en el baño se encontró con su amigo Alberto. Juntos fueron al recreo y empezaron a charlar sobre los terremotos de los que tenían un examen.

Al llegar a clase de naturales, Pepe empezó el examen. Le fue bien porque había estudiado mucho.


La siguiente hora por fin era la última para acabar el instituto ese día. Tocaba música con Antonio, un maestro que le caía bien porque no ponía muchos exámenes.

Cuando faltaban diez minutos para acabar la hora y poder irse a casa por fin a descansar, Antonio mandó a Pepe a por fotocopias. De camino a por lo que le había mandado Antonio se encontró con Paca en el pasillo que era la chica que Pepe quería, pero no estaba sola, estaba con Pedro. 

 

Pepe, celoso, echó la vista al suelo salió corriendo a por las fotocopias, se las dio a Antonio y por fin sonó el timbre y se pudo ir a casa. Aquel día se iba triste del instituto. Deseaba comer y cerrar los ojos para que su mente pudiera borrar esa imagen que lo perseguía de su amada Paca charlando con otro.



FIN


****************************************


El Pequeño Duendecillo

CRISTÓBAL RAMÍREZ PÉREZ

Había una vez un pequeño duende que dormía tranquilo en las nubes.

 

De repente, la nube donde dormía chocó estrepitosamente contra otra y el pequeño duende, llamado George, salió despedido violentamente.


Alcanzó un árbol, donde había una enorme grieta. 

 

El duende George, mareado por la caída, se resbaló y cayó  a través de ella, sin saber que emprendía un gran viaje por el tiempo. La grieta lo llevó a un enorme valle. George, un poco aturdido, se acostó a la sombra de un árbol.


De pronto  un enorme terremoto hizo que se despertara y saliera corriendo preso del pánico, escondiéndose detrás de una enorme roca. Al pasar el terremoto, salió de su escondite y vio a un conejo blanco con un enorme reloj colgado del pecho. 


El pequeño duende corrió tras él hasta darle caza.

Nuestro protagonista lo paró y le dijo:
-Oye, ¿me puedes decir cómo salir de aquí?
El conejo le respondió:
-Lo siento, pequeño duende, sólo hay una manera.
George, impaciente, le dijo:
-¿Cuál? Tengo muchas ganas de irme y volver a mi nube.
El conejo, sonriendo, le dijo:
-Para conseguirlo tienes que bailar mejor que yo esta música.
-Claro, eso está hecho.
Y el duende y el conejo se pusieron a bailar como posesos.

El conejo blanco se dio cuenta de que el pequeño George bailaba mejor que él y esto lo llenó de celos. Se enfadó tanto que le metió una patada  por el trasero mandándolo a la grieta por donde entró a ese lugar. Una vez allí, dio un gran salto y se volvió a subir en su nube y  por fin el simpático George se durmió felizmente en el calor de su hogar.


FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario