CREACIONES DE LOS ALUMNOS DE 1º A
CUENTOS CON LAS PALABRAS:
PESADILLA - FANTASMA- MARIPOSA - MÚSICA - MÓVIL
Cuento de ELENA JUNQUERA GARCÍA
Érase una vez una niña muy pequeña que tenía cinco años y una noche lluviosa y de tormentas, tuvo una gran pesadilla en la que alguien hablaba y a su vez unos niños cantaban.
A
la noche siguiente, alguien le habló al oído comunicándole que pronto
tendría un gran accidente. La niña, asustada y aterrorizada, dio un
salto de la cama para ver si había alguien, pero sólo vio la sombra de
una persona saliendo hacia el pasillo. Entonces se dio cuenta de que
había visto lo que parecía un fantasma. Cerró los ojos e intentó dormir y olvidar todo lo que había pasado.
Años
después la niña, que ya tenía ocho años, celebraba su cumpleaños en
casa y allí acudieron todos sus amigos y compañeros de clase, que le
regalaron una cajita diseñada con mariposas. Pero aquella cajita era diferente: tenía música de
niños pequeños cantando y entre ellos se oía una persona mayor. Ella se
quedó muy extrañada porque aquella voz le resultaba familiar: era la de
aquel fantasma que una noche la había despertado.
De pronto sonó el móvil, dio un gran brinco y de nuevo volvió a despertar: todo había sido una gran pesadilla.
Cuento de OLGA RAMOS RAMÍREZ
Hola, soy Ana y llevo coleccionando sueños desde que supe dibujar. Tengo un libro donde lo dibujo todo, pero las pesadillas prefiero no dibujarlas y olvidarlas completamente.
Una de las peores pesadillas que nunca podré olvidar fue la de la anciana que vivía en una casa llena de fantasmas
y un día quiso encerrarme para siempre allí con ella, pero en ese
momento desperté. Llamé a mamá con todas mis ganas para que encendiera
la luz de su habitación, que siempre me quita las pesadillas y también
le pedí un vaso de agua. Y mientras mamá se levantaba, me quedé contando
las pegatinas de mariposas que papá puso en el techo de mi habitación.
Me
gusta que mi madre me cuide y que venga a despertarme por las mañanas
para ir al cole con su dulce voz cantando una canción preciosa, esa música que le ponen a los bebés para dormir, esas nanas que tanto me relajan a mí.
Volví
del colegio y mamá me llevó a casa y empecé a dibujar en mi diario
sueños que había tenido esa semana, pero en ese momento sonó el móvil y no pude continuar: era la abuela que iba a venir a casa.
Cuento de CELIA FERNÁNDEZ GARCÍA
El otro día por la noche, tuve una pesadilla.
Soñé que iba por una calle muy oscura y allí había un grupo de personas
peleándose. Cuando me di la vuelta para salir corriendo, ya era muy
tarde, me habían visto. Entonces, con el miedo de pensar que venían
hacia mí, me desperté.
Al día siguiente, al atardecer, me acosté un rato porque estaba muy cansada y tuve otra pesadilla, pero esta vez era sobre un fantasma: el fantasma de mi amiga de la niñez, Clara.
Clara, al parecer tuvo un accidente de coche, pero la que había muerto había sido su madre.
Pero de nuevo, cuando me desperté, comprendí que era otra pesadilla.
Al cabo de una semana, fui al campo a pasear con mi perro. Allí había muchas mariposas. Mi perro intentaba cogerlas, pero no atrapó ninguna. Sonó una música extraña que hizo que me asustara y volviera rápidamente a casa.
Desde
entonces dejé de tener mis terribles pesadillas, pero ahora era mi
amiga Clara la que las tenía. Soñó que estaba en clase de música y todos
los instrumentos se le caían encima al abrir el armario. Tras ellos,
aparecía su madre que le sonreía pero ella seguía con miedo. Entonces a
Clara le despertaba el sonido del móvil llegándole mensajes. Fue en ese momento en el que se quedó mucho más tranquila.
Cuento de IRENE PONCE MORENO
Érase una vez una niña que tuvo una pesadilla muy mala: su pesadilla trataba
sobre un hombre que por la noche se asomaba a su habitación, un hombre
con unas pintas horrorosas. Cuando el hombre de su pesadilla se acercaba
a ella, su madre la levantó para ir al colegio y ahí acabó todo.
Sin embargo, a la noche siguiente, soñó que un fantasma
aparecía y se colaba por la ventana para asustarla. La niña, desde su
cama, no paraba de gritar y de moverse y su madre se levantó para ver
qué pasaba y la despertó. Entonces ella se tranquilizó.
Se volvió a dormir, pero esa vez soñó que se comparaba un vestido que tenía dibujadas mariposas, muy bonito, hasta que vino su madre de nuevo para levantarla e ir al colegio.
Mientras iban en el coche, iba escuchando una música que le gustaba mucho y, al bajarse del coche, empezó a bailar, hasta que sonó la campana para entrar al colegio.
La niña, entrando en el cole, se encontró un móvil en el que aparecía un mensaje que decía “sé que soñaste conmigo”, con una foto de aquel hombre que había visto en su pesadilla.
Cuento de SERGIO MARTÍNEZ RODRÍGUEZ.
Érase una vez una niña que estaba durmiendo y de repente tuvo una pesadilla en
la que aparecía un lobo que le estaba persiguiendo y, cuando le iba a
atacar, se despertó. Se volvió a dormir porque todavía era de noche y
esta vez la pesadilla era de un fantasma que llevaba un cuchillo en la mano y se volvió a despertar.
Entonces vio que ya era de día, se levantó, se vistió y salió afuera de su casa a cazar mariposas con un antiguo cazamariposas que le habían regalado.
Cuando se hizo de noche, se puso los cascos y escuchó música para quedarse dormida. Cuando se durmió, esta vez no tuvo pesadillas gracias a la música.
Al día siguiente, le contó por el móvil
a sus padres, que estaban de viaje en Madrid, las pesadillas, escuchó
que a su padre le pasaba algo y parecía que estaban matándolo. Entonces
de nuevo la niña se volvió a despertar porque había vuelto a tener otra
pesadilla.
Cuento de MARÍA DEL CARMEN RODRÍGUEZ SEIJO.
Érase una vez una niña que vivía en un pueblo terrorífico y todas las noches tenía una pesadilla
horrible: se trataba de un hombre que murió en el pueblo y siempre la
miraba con unos ojos terroríficos y, desde entonces, la niña todas las
noches soñaba con él.
Una
noche de tormenta, la niña estaba sola en su habitación leyendo un
libro, cuando escuchó un ruido y encendió la luz. De repente, apareció
el fantasma del hombre había muerto en el pueblo. La niña, asustada, cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, allí ya no había nadie.
Pasó
el tiempo y la niña se iba olvidando de ese fantasma, pero no del todo.
Un día Laura, que era como se llamaba la niña, y su amigo Raúl, estaban
cazando mariposas en una pradera que había junto al pueblo y, al irse demasiado lejos de este, llegaron a un cementerio.
Junto al cementerio había un iglesia muy antigua y desde ella, se oía música terrorífica.
El día se nubló y los niños se asustaron. Esa música era lenta, como la
de sus pesadillas y la niña volvió a recordar al fantasma de sus
sueños. Se quisieron ir al pueblo pero se habían perdido y Laura y Raúl
no recordaban el camino.
La niña cogió el móvil
que le había dejado su madre por si se perdía o le pasaba algo. Llamó a
su madre pero el móvil no tenía cobertura. Raúl se puso muy nervioso y
Laura llamó de nuevo, pero volvía a tener problemas para contactar con
alguien.
Entonces,
los dos niños desaparecieron y nunca más volvieron a verlos volver al
pueblo. Únicamente apareció en un banco de la plaza del pueblo el móvil
de Laura junto a una mariposa muerta de color negro que dejaba ver hacia
dónde se habían dirigido los dos niños aquel día de su desaparición.
Cuento de PEPE AMAYA ROBLES
Érase una vez un hombre que tuvo una pesadilla mientras dormía en su casa. El hombre se levantó y miró el reloj y pensó que ya era hora de levantarse y de ir a trabajar.
Su
trabajo era muy peculiar: no tenía jefes ni compañeros de trabajo ni
descansos, sino que era un solitario “atracador” que se disfrazaba de fantasma para que no le vieran su cara y lo reconocieran. Cuando terminaba de atracar un banco o un coche,dejaba el dibujo de una mariposa para que supieran que había sido el mismo siempre.
Cada vez que robaba un coche, ponía la misma música para la huída de la policía. Él utilizaba un móvil para detonar y dinamita para abrir las cajas fuertes.
Un
día, mientras robaba un coche, la policía lo encontró, pero de repente,
un helicóptero descendió y se lo llevó de allí logrando salvarlo de
manos de la policía.
Cuento de PEDRO JESÚS SÁNCHEZ LIMA
Érase
una vez un niño que dormía en su cama una noche de tormenta cuando, de
repente, se encontró a un fantasma y el niño empezó a gritar. Cuando se
despertó, se dio cuenta de que todo era una pesadilla.
Al día siguiente volvió a tener la pesadilla del fantasma,
pero este parecía de verdad. Era alto, delgado, con una cara pálida y
unos pelos largos y canosos. Cuando el niño fue a tocarlo, el fantasma
se desvaneció en el aire, y el niño se volvió a su cama para dormir, ya
que era un niño que no se asustaba por nada.
Cuando el niño se despertó, se olvidó de lo que había pasado y fue al bosque a cazar mariposas para su colección de insectos. Mientras iba por el camino, estaba oyendo música con
su MP3. Era la música de su cantante favorito: David Bisbal. Cuando iba
escuchando música, notó una vibración en el bolsillo, y cuando miró
quién le llamaba por el móvil, eran sus padres que habían vuelto de su viaje a Canarias.
Al
llegar sus padres, se dio cuenta de que venían con él un hombre alto,
delgado, con la cara pálida y canoso, como el de sus sueños, y ahí fue
cuando comenzó a tener miedo.
Cuento de ELENA AMAYA SÁNCHEZ
Era de noche y María estaba acostada. Al dormirse, empezó a tener una pesadilla. María soñó que debajo de su cama había un fantasma y
que la quería arrastrar para que se fuera con él al agujero negro que
se veía debajo de esta. De repente se despertó de un grito y se dio
cuenta de que era una pesadilla.
A
la noche siguiente, volvió a soñar con el mismo fantasma. Se despertó
en mitad de la noche y le daba miedo quedarse otra vez dormida. Sin
embargo, se volvió a dormir y empezó a soñar con el fantasma de nuevo:
soñó que el fantasma la cogía de los pies pero que muchas mariposas la rescataban y se la llevaban volando a un mundo de mariposas lleno de música y color. Empezó a bailar con las mariposas y le hicieron un vestido lleno de mariposas.
Cuando mejor lo estaba pasando, sonó el móvil
y se despertó de un salto. Aunque le había gustado el último sueño, ya
no volvió a soñar más con las mariposas, pero tampoco con el fantasma
que se la quería llevar.
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