El fuego
de la memoria
Mi
muñeco
Cuando yo
era pequeño los reyes me trajeron un muñeco de la película que más
me gustaba que veía mil veces al día y me encantaba.
Cuando me
lo trajeron no lo soltaba ni al baño y a una bicicleta que también
me regalaron no le hice ni caso hasta a la siguiente semana de los
reyes.
Me lo
llevaba a todas partes incluso una vez que había que traer un
juguete en preescolar lo llevé y entonces se me perdió el sombrero.
La maestra y yo lo buscamos por todas parte y al final lo
encontramos.
Lo
llevaba hasta la peluquería y le decía a la peluquera que lo pelara
a él tambén y se rieron las personas , tambíen para montar a
caballo lo llavaba y hasta dormía con él. Pasaba el tiempo y el
muñeco se ensuciaba pero a mí me daba igual ya que me seguía
gustando.
Lo
llevaba cuando iba compras, a casa de mi abuela y cuando iba al
colegio lo dejaba en el coche, hasta cuando iba al médico lo llevaba
conmigo y cuando lo llevaba al parque lo subía en el columpio y en
el tobogán.
Para
hacer la tarea, para comer, para jugar para todo estaba siempre
conmigo... hasta que un día lo dejé y no jugué más con él, ya no
me acordaba en mi cama de él. Así, un día, íbamos a salir a
comer, fui por él y ya no estaba en mi cama. Me tuve que ir sin él
A mi
madre se le olvido descirme que lo había lavado y ahora estaba
limpio. Desde ese día lo tengo en mi cama sentadito.
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