Aún recuerdo ese olor al llegar a la casa de mi abuela. Ese olor de
té caliente y de pan recién hecho untado en mantequilla. Ese era el
desayuno preferido de mi abuela, que también llegó a ser el mío.
Llegaba
por las mañanas del aeropuerto, entraba y corría a abrazarla. Me
encantaba que me dijera palabras bonitas que no entendía, pero aún así
tan solo con escuchar su dulce voz sabía que se trataban de lindas
palabras. Lo único que entendía era “Kocham Cię kochanie” que
significaba "te quiero mi amor" solo tres palabras simples, con mucho
significado.
Con tan solo tres años me tomaba el té y jugaba con
"Kalya" la perrita de mi abuela.
Fue mi primera mascota, aunque no
fuera mía la quería demasiado. Recuerdo que "Kalya" por muy vieja que
fuera me aguantaba día tras día. Me montaba encima de ella, me imaginaba
que era mi poni y me ponía como loca. Cuando "Kalya" murió mi abuela me
veía mal, triste, sabía que la echaba de menos. Se ponía enfrente de mí
como si fuera mi poni y me hacía un gesto con intención de que me
montara. Le sonreía y disfrutaba montada en ella,
olvidando mi tristeza hacia "Kalya".
Todas las noches recuerdo que me
leía un pequeño libro polaco que me regaló mi abuelo la última vez que
lo vi. No entendia tan solo una, palabra pero me encantaba aquel libro.
Ese libro aún lo guardo y lo guardaré siempre.
Mi abuelo era... mi gran
hombre, era mi héroe. Me cogía con un añito y me hacía millones y
millones de cosquillas. Me daba besitos por toda la cara y no me
importaba. En mi mesita de noche guardo una foto preciosa con el
besándome, la veo y recuerdo aquellos momentos en los que éramos
inseparables.
Cuando murió no entendía nada, ya que tan solo tenía dos
años. Mi madre me dijo que mi abuelo se fue a un lugar muy bonito y que
estaría conmigo siempre que me hiciera falta.
Pasaron los meses y
no vi a mi abuela durante dos años porque estaba muy malita. Una mañana
de enero mi madre se llevó dos horas seguidas llorando. Supe que algo
iba mal y que se trataba de mi abuela.
Mi madre me dijo que recordara a
donde se fue mi abuelo cuando no lo volví a ver más y que mi abuela
también se fue con él, pero yo ya supe de qué se trataba y que no la
volvería a ver más.
Ya ha pasado un año desde que se fue. Hay días en
los que mi madre cocina algo polaco y al entrar en mi casa, huelo y se
me vienen a la cabeza aquellos momentos en los que entraba y la
abrazaba, aquellos recuerdos que siempre me acompañarán vaya donde vaya,
recuerdos que siempre estarán conmigo.
(Laura Jiménez Jankowska, 2º C)