martes, 22 de octubre de 2013

Creación premiada en el curso 2010/2011

“SALVADOS POR UN CÁNTICO”.
En el instituto que día a día nos ve crecer y madurar... En el instituto que siempre nos ve lo felices, lo preocupados o lo tristes que estamos... En el instituto que nos escucha hablar sobre la cantidad de exámenes que tenemos o sobre lo que vamos a hacer este fin de semana, o sobre los cotilleos de última hora... En el instituto donde labramos nuestro futuro día a día.
Sí, en el I.E.S Roche. Recuerdo perfectamente ese quince de noviembre. Todos con la cara de “efecto lunes a primera hora”. Estábamos en ciudadanía en la biblioteca y la única voz que se escuchaba era la de la profesora Mercedes hablando sobre la democracia, diciéndonos que despertásemos y le entregásemos el trabajo que había mandado para el fin de semana. “¿Es Líbano un país democrático o…?” No pudo terminar de hablar. Se escuchaban ligeros pasos corriendo hacia la biblioteca y gritos. De repente, entró en la biblioteca todo el alumnado del instituto acompañado de todo el profesorado.
-“¿Pero qué ocurre? Esto parece peor que las guerras de los países no democráticos”-dijo Mercedes inquieta.
-“¿Qué ocurre? Mira por las ventanas hacia el pasillo…”
Todos miramos hacia allí. ¡No podía ser! Eran…cientos de…miles de…¡Pero qué digo miles! ¡Eran MILLONES DE ARAÑAS! Todos gritamos asustados. No había visto nada más repugnante en la vida.
-“Tengamos fe en que no podrán entrar aquí…¡ay Dios mío!” –dijo Manoli, la profesora de Religión, muy angustiada.
Todos gritábamos. Pensé que eso sólo ocurría en las películas y en los sueños.
Manuel Ureba, el profesor de Matemáticas, observaba la cantidad de arañas, y comunicó en voz alta: -“Debe de haber como un millón de arañas aproximadamente”.
Margarita, la profesora de Inglés, gritó horrorizada:
-“Oh! One million of spiders! This is terrible!
-“Entonces, si hay como un millón de arañas, de unos 6 gramos cada una, porque no son pequeñitas..., en total son seis millones de gramos, que en kilogramos son…, 6000 kilogramos… Calculo que su volumen es de unos…” – comunicaba Patricia, la profesora de Física y Química, pero no pudo terminar de comunicar sus cálculos científicos porque Lola, la profesora de Matemáticas, gritó:
-¡Esto es un suceso seguro! La homega es igual al espacio muestral. Las arañas en no mucho tiempo, acabarán entrando aquí.
Eva, la profesora de Lengua, propuso hacer análisis sintácticos para distraer a los alumnos.
-“En la oración ‘no me gustan las arañas’, ¿cuál es el sujeto?
Cada uno diciendo una cosa, hasta que Don Joaquín, el profesor de Naturales, se dispuso a poner orden:
-“¡Necesitamos organización! Por favor, no hablar todos a la vez. Contemplemos los arácnidos que tenemos ante nuestros ojos. Observar el cefalotórax y el abdomen, que luego no me lo ponéis bien en el examen”.
-Se me ha olvidado coger el extintor…quizás así podríamos haberlas asustado- se lamentaba Juan el conserje.
-Sí, sí… Mira, a mí el otro día me paró la Guardia Civil y me pidió el carnet. Pero qué casualidad que se me había olvidado. Yo les dije que no lo llevaba encima, pero que les juraba que yo lo tenía. Pero no sirvió de nada…Me llegó el regalito: una multa- dijo, como otro no podía ser, César el profesor de Inglés, que siempre ponía eso de ejemplo para los alumnos a los que se les olvidaba el cuaderno. –“Venga, repasemos algo de gramática con esa cancioncilla tan pegadiza”.
Todos los alumnos comenzaron a cantar la cancioncilla sobre gramática que César les había enseñado: “-¡Does, la tercera del singular, se le quita al verbo la –s final, la –s final, la –s final, dubidubidú, dubidubidá!”
-¡Las arañas invaden nuestro querido “Rincón de la Lectura”! ¡Se suben por encima de los libros!-sollozó Carmela, la encargada del “Rincón de la Lectura”.
-¡Atención! Colocaros todos delante del ventanal con la pancarta del I.E.S Roche, que vamos a echarnos una foto con las arañas de fondo-dijo “El Baena”.
Todos nos colocamos y nos echamos la foto. Siempre hacíamos esto para todas las actividades, y para esto, pues también.
-Si tuviéramos ingredientes aquí, podríamos hacer crêpes para que las arañas se distrajeran y pudiéramos salir de aquí tranquilos-comentó Inma, la profesora de Francés.
Con el hambre que tenía, la idea de hacer crêpes me levantó más el apetito.
-Dibujemos la mitad de una araña, y la otra mitad, la haremos con un papel cebolla haciendo su eje de simetría-propuso Marisa, la profesora de Plástica, muy entusiasmada.
-¡Mirar! El tiempo atmosférico ha cambiado. Ha salido el Sol. No confundáis el tiempo atmosférico con el clima, porque son término distintos-explicó Armando, el profesor de Sociales, al observar que el Sol iluminó un poco la biblioteca.
-Por favor, calentar un poco, por si tuviéramos que salir corriendo, para no provocar lesiones. ¿Entendido?-nos advirtió Covadonga, la profesora de Educación Física.
Un chico, se dirigió hacia el maestro de Música, para comentarle una idea que había tenido:
-¡Maestro!
-Dime ALUMNO.
-Si tocas la flauta, quizás las arañas se vayan…. Así como en el cuento de “El Flautista de Hamelín”.
Antonio se dispuso a tocar todo tipo de escalas durante unos minutos, pero las arañas seguían en el mismo lugar.
Antonio Caballero, el profesor de Tecnología, estaba con el ordenador, cuando dijo en voz alta:
-“¡Sansacabó! Tengo la solución. Propongo que Don Manuel Baena cante una canción, a ver si así las arañas se marchan…”
Toda propuesta era válida, así que “El Baena”, comenzó a cantar fuertemente:Todo es de color…todo es de color….todo es de color….todo es de color.
Todo el mundo cuenta sus penas,
pidiendo la comprensión,
quién cuenta sus alegrías,
no comprende al que sufrió…
¡Increíble! Todos vimos cómo las arañas se marchaban rápidamente del instituto, menos “El Baena”, que siguió cantando…
Salimos corriendo de la biblioteca. ¡No había ni una araña! Al día siguiente, salimos en el “Diario de Cádiz”. Estaba la foto que “El Baena” nos había echado en la biblioteca y el artículo decía así:
"Salvados por un cántico", El instituto IES Roche de Conil de la Frontera es invadido por una plaga de arañas. Estas no se marchan, hasta que don Manuel Baena Ruiz, profesor del centro, canta "Todo es de Color", de Lole y Manuel. Al escuchar al profesor cantando, las arañas salieron de allí disparadas como cohetes.
Para que luego digan que seguimos siempre con la misma rutina.

Elena Basallote Leal, 3º de ESO A.

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