A mí me gusta el tenis, y de hecho
juego al tenis dos veces a la semana, aunque algún que otro sábado
quedo para jugar con los amigos, y entre nosotros hay mucha
rivalidad. El sábado pasado quedamos para jugar, aunque alguno nos
dejó en la estacada, pues no se presentaron. ¡Vamos! Que nos la
dieron con queso, pero así y todo decidimos ponernos a jugar los que
habíamos venido.
Como a la hora se presentó el resto, ¡a buenas horas mangas verdes! Le dijimos pues nosotros estábamos ya algo cansados, pero decidimos jugar una hora más y en un santiamén nos pusimos a ello. Aunque ellos estaban más frescos creyeron que nos iban a ganar, pero les hicimos morder el polvo. Cuando terminamos decidimos ir a mi casa para merendar y echar un rato. Cuando mi madre llego dijo:
Como a la hora se presentó el resto, ¡a buenas horas mangas verdes! Le dijimos pues nosotros estábamos ya algo cansados, pero decidimos jugar una hora más y en un santiamén nos pusimos a ello. Aunque ellos estaban más frescos creyeron que nos iban a ganar, pero les hicimos morder el polvo. Cuando terminamos decidimos ir a mi casa para merendar y echar un rato. Cuando mi madre llego dijo:
"¡Esto parece el corral
de la pacheca!" De la que teníamos liada, nos pilló con las manos en
la masa, como vi que mi madre se había enfadado un poco pensé: "aquí
no hay tu tía" y tuve que poner todo en orden. Cuando por fin mis
amigos se fueron me duché, cené y me fui a los brazos de Morfeo.
Samuel Mateo Cabrera 2ºC
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