Laura Camacho García
Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza.
Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón.
Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala.
Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.
Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido,
y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él.
El idioma del corazón es universal: sólo se necesita
sensibilidad para entenderlo y hablarlo.
Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado.
Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza.
El que tiene buen corazón nunca es estúpido.
Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie.
Los corazones duros se vencen con súplicas blandas.
Nuestro corazón tiene la edad de aquello que ama.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Tratemos de ver con el corazón.
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados.
La fuente de la vida es el corazón.
Cuando se ama es el corazón quien juzga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario