Por
Salvador Moreno Mendoza:
“La
mujer”
Cuando
me desperté ella no estaba, en la casa había un ambiente raro y
estaba mucho mas vacía de lo normal. Salí en su busca fuera de
casa, busqué en los lugares donde suele estar, pero ni rastro de
ella. Volví a mi casa algo intrigado porque ella siempre está
cuando la busco. Al rato de estar en casa, oí las llaves en la
puerta, era ella. En ese momento me tranquilicé y me di cuenta de
que no puedo vivir sin ella.
Por
Irene Sillero Sánchez:
“Un
día cualquiera”
Me
despierto apagando el despertador; a 1.000 kilómetros Violeta lleva
despierta tres horas trabajando. Bajo a la cocina y me preparo mi
desayuno, después voy al instituto; mientras Violeta no ha tenido
tiempo de desayunar, después ve cómo su hermano se va al instituto
y ella se queda en su casa. Viendo cómo se va , piensa: “¿Por qué
he nacido siendo mujer? ¿Por qué no pude ser un chico y poder ir a
la escuela?
Por
Alba Muñoz Viera:
Me
contaron una vez que una mujer salvó a dos hombres de un incendio.
No era bombera ni nada, simplemente pasaba por allí y los salvó.
Cuando pregunté quien fue esa mujer, me sorprendió saber que
aquella mujer era mi madre. Algún día, tal vez, consiga ser como
ella, ese sería mi gran sueño.
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