LA NIÑERA
Un
día, un matrimonio que tenía dos hijos, de los cuales uno se llamaba Jorge y el
otro Luis y vivían en una enorme casa. Los padres siempre estaban trabajando y
como no tenían a nadie que vigilara a los niños, decidieron contratar a una
niñera.
Una
amiga de la madre le dio el número de teléfono de una chica que se dedicaba a
cuidar niños por las tardes y las noches.
Una
noche en la que los padres tenían que salir, la llamaron para que se quedara
con los niños. Cuando los padres se fueron la niñera que se llamaba Elena, le
preguntó a los niños que a qué querían jugar, uno dijo que a las adivinanzas y
el otro que a los coches; entre los dos decidieron jugar al escondite, jugaron
toda la tarde y noche hasta que llegó las 12:00 de la noche y todavía estaban
jugando. Sus padres no habían vuelto y ellos pensaron que se habían atrasado,
le preguntaron a Elena que por qué sus padres se atrasaban, cuando de repente
llamaron a la puerta, la niñera les dijo a los niños que se quedaran sentados
que ella miraría quién llamaba.
Se
acercó a la puerta un poco nerviosa, le latía el corazón muy rápido y le
sudaban las manos, por que a través del cristal de la puerta se veía una sombra
muy grande. Agarró con la mano el pomo de la puerta y cuando abrió no había
nadie, ella se extraño: ¿Quién habría llamado?, cerró la puerta y regresó al
salón, pero cuando todavía no había llegado volvió a sonar el timbre de la
puerta, ella le dijo a los niños que se escondieran en el baño. Ellos estaban
muy nerviosos preguntando que qué pasaba y ella les dijo que no pasaba nada que
se quedaran allí.
Ellos
se escondieron, cerraron la puerta y echaron el pestillo.
La
niñera se acercó a abrir la puerta y cuando abrió era una mujer que llevaba un
sombrero muy extravagante y un vestido negro, con un perrito en las manos,
entonces la niñera le pregunto que qué quería y la mujer contestó: ¿ En esta
casa viven ? “por que vivo en la casa de al lado y he escuchado voces de
niños”, ella contestó: que sí, que por
que le preguntaba por los niños y ella le respondió: “por nada solamente por
preguntar “ y se fue sin decir adiós. Elena cerró la puerta extrañada
preguntándose por aquella mujer tan rara, fue a decirles a los niños que no
pasaba nada que era un hombre que se había confundido de casa. Pero de nuevo
sonó la puerta, aunque ya eran los padres que regresaban de una reunión que
habían tenido en la empresa.
Los
padres preguntaron a Elena que cómo se habían portado los niños, y ella le
contestó que se habían portado muy bien, que habían estado jugando al
escondite. La niñera se despidió de los niños y de los padres, y cuando abrió
la puerta, la madre le pregunto que si mañana podía venir ya tenían que salir
también. Ella les dijo que sí, que no había problema.
Al
día siguiente Elena estaba a las 5:00 en la casa y los niños la estaban
esperando muy contentos: “Elena, ven, vamos a jugar”. Los padres se despidieron
y les dijeron a la niñera que no volverían muy tarde.
Cuando
los padres se fueron los niños empezaron a jugar al escondite por que el día
antes se lo habían pasado muy bien. Pero al rato sonó la puerta y uno de los
niños a abrir. La niñera, se asomó para ver quién era y cuando volvió el niño
no estaba. Ella le preguntó al hermano:”¿Donde esta Jorge?” y Luis contestó que
el había ido a abrir la puerta a ver quién era. Elena y Luis empezaron a buscar
a Jorge por toda la casa y no lo encontraban por ningún sitio, y de pronto sonó
el timbre de la puerta, la niñera, nerviosa, le dijo a Luis que se quedara en
el salón, que ella miraría quién era.
Cuando
abrió la puerta no había nadie afuera, ella volvió extrañada al salón y cuando
se dio cuenta no estaba Luis. Elena empezó a buscarlos pero los niños no
contestaban. De pronto escuchó un ruido por la cocina, se asomó y era la puerta
de la cocina que se abrió sola, esa puerta daba al sótano, ella no sabía que
qué hacer pero pensó que los niños estaban gastando una broma y que estaban
allí escondidos. Bajó las escaleras, la puerta se cerró de golpe y habló una
voz que decía ¡Elena, Eleeeenaaa!
Elena
estaba asustada y le pidió a los niños que no le gasten bromas, que salieran de
allí y entonces escuchó otra voz, de repente y se le apareció una sombra que
decía “¡Elena JAJAJA nunca encontrarás a los niños!” La voz era una mujer, se
fue hacia la puerta, pero no podía salir, de pronto perdió el equilibrio y se
fue a caer pero alguien por detrás la aguantó, ella miro y no veía a nadie,
pero sí que se fijó en la pared, estaba roja, era sangre y la cara de los niños
se veía, dibujada, ella pensó que porqué estaba la cara de los niños allí, se
acercó para verlo mejor y de repente las caras sonrieron y movieron los ojos.
Ella
llorando, chillando, quería salir de allí, partió una ventana que daba al
jardín y cuando ya tenía medio cuerpo fuera le jalaron los pies, la arrastraron
hacia adentro, ella gritaba “¡socorrooo, socorrooo!”. Se dio la vuelta y era la
mujer que llamaba a la puerta la noche anterior, le dijo a Elena: “ tienes que
salir de ahí, antes de que den las 12:00 si no te quedarás siempre dentro de
esta casa.” Ella no entendía qué estaba pasando, y la mujer le explicó que en
esa casa, hacía tiempo había habido un incendio y que toda la familia había
muerto. Ella le dijo a la mujer, que el matrimonio de esa casa le habían contratado
de niñera, que cómo iban a estar muertos, y la mujer le dijo que esa casa
llevaba años deshabitada y que los que la habían contratado estaban muertos,
que eran fantasmas.
Elena le preguntó que cómo podía salir de allí, y la
mujer le mostró el camino, por donde tenía que ir, tenía que regresar por donde
mismo entró, cruzar toda la casa hasta la puerta de entrada, pero que ella no
la podía ayudar, lo tenía hacer ella sola. Entonces, ella tenía que convencer a
los niños que estaban muertos, porque ellos creían que estaban vivos, que
podían jugar con ella para siempre y ella les dio a entender que murieron en el
incendio, pero los niños no la escuchaban, ellos solo querían conseguir una
niñera para siempre, dieron las 12:00 y ella se quedó allí para la eternidad.
(MARTA MUÑOZ
3º C)
LA CASA DE LOS FERNÁNDEZ
En el año 1981 había una familia que era bastante feliz y la más rica de la ciudad, esta se componía de:
El
padre Pepe, la madre María, el hijo mayor Fernando y las dos hijas gemelas:
Estela y Ana. Todos ellos formaban la ''Familia Fernández''
Por
la ciudad se escuchaba que había una banda de ladrones que se habían escapado
de la cárcel.
Una
noche en la casa de los Fernández entraron dichos ladrones, pero lo que no se
esperaban los ladrones es que Ana, una de las gemelas, estuviera despierta así
que de cualquier forma la mataron, al escuchar los gritos de Ana se iban
levantando los demás miembros de la familia y uno tras otro iban siendo
asesinado; en la casa se encontraron cuatro cadáveres, pero la familia la
componían cinco personas, pero no sabían dónde llegó a caer el cadáver de una
de las gemelas.
Después
de todo, la casa se quedó deshabilitada durante mucho tiempo.
Pasaron
los años y esa casa en la ciudad ya era como un museo, todo el mundo iba.
Un
día llegó a la ciudad una cantante muy famosa, porque iba a actuar en la
celebración de la fiesta local, esta cantante se llamaba Estela.
El
día de la celebración local era el mismo día en que ocurrió ''El crimen
Fernández'', como así le llamaban los profesionales.
La
fiesta era junto a la casa de los Fernández.
La
tarde anterior estaban haciendo los preparativos y Estela fue junto a su
corista a ver el recinto, Estela cuando llegó sentía que alguien la llamaba
pero no veía a nadie.
Llegó
el gran día, todos celebraban la fiesta de la ciudad, un ruido espantoso, niños
y mayores entrando en la casa. Estela se subió al escenario y comenzó a cantar,
cuando dijo la primera frase se fue la luz, en ese mismo instante la casa de
los Fernández se iluminó entera. Todos sentían pánico en aquel momento, de
repente volvió la luz y todo volvió a la normalidad.
La
noche siguió bien pero en la última canción volvió a ocurrir, pero en este caso
se vio venir una niña vestida de blanco, pálida y con una muñeca en la mano,
todo el mundo se acordaba de ella, era Ana, una de las gemelas, esta le pidió a
Estela jugar y Estela se lo negó, reprochando, Ana fue hasta Estela y contó
toda la verdad sobre el crimen:
Ana
estaba despierta y Estela los vio llegar, pero esta en lugar de avisarla se
marchó por la otra puerta de la casa sin decirle nada a nadie, luego desde la
ventana vio como mataban a su familia y ella no puso ningún impedimento.
Cuando
terminó de hablar desapareció en una nube blanca, pero esta vez Estela se fue
con ella.
(Juan
Miguel Zájara Galindo 3ºB)
El asesino del Garfio
Era
de noche, y Jake, un chico de 15 años todavía no había regresado a casa. Era
una noche de invierno nublada y fría. Cuando llegó a la calle donde vivía, Jake
observó aún hombre totalmente siniestro justamente situado donde terminaba la
calle de su casa. Este siniestro hombre vestía de sombrero negro, traje negro,
pantalones negros y zapatos negros. Era difícil verlo en la oscuridad. Ambos
estaban situados en los dos extremos de
la calle. El adolescente empezó a andar al igual que el hombre de negro.
Siguieron andando hasta que se toparon en un punto. Parecía mentira, pero al
toparse con el hombre, Jake observó que tenía un garfio. Horrorizado, el chico
se introdujo en su casa. Al siguiente día cuando Jake volvió del instituto,
encendió la televisión .Tras ver el título de una noticia, se quedó paralizado.
No se lo podía creer, pero el título se llamaba: “El asesino del garfio”. Tras
lo sucedido ayer, el chico encajó al
siniestro hombre, con el llamado “asesino del garfio”. Encajaba perfectamente:
misma vestimenta, mismo rostro, misma forma de ser...
Al siguiente día, Jake le contó a sus
amigos en el instituto su experiencia de los últimos dos días. Cuando de
repente, un niño llamado Nelson lo empujó y lo tiró al suelo inesperadamente.
Nelson era el archienemigo de Jake, se conocen desde varios años. Nelson era un
chico corpulento de 16 años y era el típico “abusón” del instituto. El “abusón”
no se creía los del Jake, por eso le golpeó. Llegó la tarde y Jake fue a dar
una vuelta por el barrio con sus amigos. Al instante, vieron a alguien tirado
en el suelo; era Nelson. Estaba muerto y tenía una gran herida en la espalda.
La herida parecía haber sido a bocajarro con algún objeto afilado. Encima del
cadáver se observaba una nota con un garfio dibujado. Sin duda el asesino era
el llamado “asesino del garfio”. Rápidamente la pandilla llamó el teléfono
oficial de la policía. También llamaron a la ambulancia. No se lo podían creer.
Al día siguiente hicieron un minuto de silencio por Nelson, en el instituto. La
pandilla de Jake se reunió por la tarde en casa de John. Debatieron sobre lo
ocurrido y surgió la idea de detener al maldito asesino. Tramaron un buen plan
para tenderle una trama al asesino. Llegó el din de semana, el día en que
harían la trampa. El más débil de la pandilla, llamado Carl fue andando por
todas las calles de la ciudad para encontrar al asesino. Iba con un móvil por
si encontraba al asesino. De repente encontró al asesino, estaba a 40 metros de él, en la
calle del Arco. Rápidamente llamó a su pandilla, que a continuación rodeó
totalmente la calle. Cuando estaba total rodeado gritaron todos: “Por Nelson” y
se echaron todos sobre el asesino. Cada uno llevaba una buena rama de caña y un
gran pedrusco en las manos. La trampa era impredecible. Todos con gran ira
aporrearon al asesino hasta dejarlo inconsciente. Carl rápidamente avisó a la
policía y el asesino fue condenado a cadena perpetua.
(Tomás González 3ºB)
La clínica del terror
Aquella
mañana de invierno, Raúl entrevistaba a Samanta, una joven que sufrió una
terrorífica historia. Tras un largo sorbo al vaso, Samanta comenzó a
describirnos la terrorífica historia.
-“Era
mediados de octubre, mis amigos y mi novio me invitaron a una fiesta por la
noche a finales de es. Ellos esa misma tarde quedaron para ir a limpiar el
lugar donde se iba a celebrar. Era en una antigua clínica heredada por los
padres de Miguel. Los chicos limpiaron el lugar, raro en ellos-comenzó a reír y
siguió- Llegó esa noche, yo era la única chica. Vi como Miguel salía de la
clínica y se tomó unas pastillas. No hay duda de qué se trataba. Al entrar en
la clínica empezaron a beber. Mi novio y yo fuimos a una habitación. Mientras
caminábamos por el pequeño pasillo, algo se cruzó entre nosotros. Apenas
veíamos pues el único foco que teníamos se había apagado. Diferencié una figura
humana, pálida y de ojos rojos. Recuerdo que chillé y salí corriendo. Los otros
chicos se asomaron y al ver esa figura comenzaron a gritar histéricamente-hizo
una pausa- queríamos salir de allí. Las puertas y ventanas se cerraron. Juan
salió corriendo en dirección a la puerta de salida pero los cuchillos que
habíamos utilizados para cenar comenzaron a perseguirlo.-bebió del vaso y luego
retomó- Los cuchillos se clavaron en su espalda. Aquello era terrorífico.
Miguel con los efectos de la droga, creía que el culpable era Fran puesto que
anteriormente le había traicionado muchas veces. Miguel alzó una navaja que
siempre llevaba consigo. Fran juró que no tenía nada que ver pero Miguel
furioso le clavó la navaja en el cuello, dejándolo…-lágrimas caían sobre sus
mejillas- inconsciente. Mi novio Fabio se hizo el fuerte y decidió prender
fuego a aquel fantasma con el mechero de sus cigarros. Le supliqué que no
hiciera nada pero él quería protegerme. ¡Ese maldito fantasma mató a mi
novio!-comenzó a gritar muy furiosa y lloró- Se lo llevó a una habitación y lo
descuartizó. La sangre salía por la rejilla inferior de la puerta. Es terrible.
Solo quedábamos Miguel y yo. Miguel comenzó a beber. Al mezclar alcohol y
drogas se desplomó quedándose inconsciente. Me quedé sola con ese maldito
fantasma. El fantasma desapareció al amanecer y pude escapar. Después de esto,
supe que el fantasma era el abuelo de Miguel. Él era muy desagradable. Era
dentista y al fallecer, su alma se quedó en la clínica. Los comentarios
negativos de la gente sobre él lo convirtieron en ese fantasma. Según mis
reflexiones, mató a los chicos porque le habían molestado cuando fueron a
limpiar. Sin embargo, yo sobreviví porque esa tarde no fui a limpiar”
Esta
terrorífica historia se convirtió en leyenda y científicos demostraron que en
la clínica se oían voces de los jóvenes y ruidos extraños.
(Eva
María Alba Rodríguez 3º B)
La
última noche
Hace
muchos años, en una playa de Roche, había una casa vieja que parecía
abandonada. En aquella playa no solía haber gente casi nunca, pero una noche un
grupo de amigos fueron a celebrar un cumpleaños allí.
Los
chicos eran muy jóvenes e iban acompañados con sus novias y se metieron todos
en esa casa a beber para que no les multaran por si venía la policía.
Una
de las chicas, Carla, se fue a dar una vuelta sola, ya que estaba un poco
mareada porque los chicos se habían puesto a fumar y beber muy pronto.
Mientras
iba por la orilla, vio como una luz la estaba señalando y era el foco de una
caseta de campaña que había delante de ella. Carla se acercó y cuando se asomó
a la caseta la luz había desaparecido y dentro no había nadie. Miró alrededor y
como siempre no había nadie en aquella playa tan silenciosa. Ella volvió
corriendo a donde estaban todos sus amigos y les contó lo que le había
ocurrido. Ellos no la creyeron y siguieron con la fiesta pero ella ya no estuvo
tranquila.
En
mitad de la noche apareció en la casa un hombre, vestido entero de negro, que
estaba loco y empezó a discutir con uno de ellos. De repente en uno de los
bolsillos Carla se fijó que llevaba el mismo foco que la alumbró antes y se lo
dijo al novio para que lo viera. El novio se fue hacia él, queriéndole pegar y
el loco sacó una navaja de la chaqueta para clavársela en el pecho, pero Carla,
se puso por delante del novio y sin querer la mató a ella.
Continuará...
(Nelsi Rodríguez de la Rosa )
Por
esa zona había rumores de que dos hombres de mayor edad había violado a niñas hace poco y la policía no los
encontraba. Las amigas de las dos niñas decidieron ir a buscar a sus amigas
porque estaban preocupadas. Ellas no sabían nada de que había violadores
peligrosos así por esa zona y seguían caminando y bebiendo. Se marearon y
decidieron parar un momento, cuando miraron el móvil tenían 17 llamadas y 7
whatsapp y decidieron no contestar. Las amigas se acercaron por donde ellas
estaban, vieron a dos hombres hablando con ellas, ellas salieron corriendo
hacia donde estaban ellas para poder avisarles, pero ya era tarde, esos dos
hombres se las había llevado corriendo y las montó en su coche. Ellas no sabían
qué hacer y llamaron a la policía. Los hombres les pegaron a las niñas y las
encerró en un garaje cuando escucharon el sonido de la sirena de la policía, la
policía intentaba encontrar el sitio donde se encontraban esos hombres. Las
niñas estaban incomunicadas ya que los hombre les había quitado los móviles,
ellas intentaban hacer el mayor ruido posible para que la policía se diera
cuenta de que estaban allí encerradas. Ellas oían ruidos allí donde estaban
vieron una luz y se acercaron y eran otro grupo de niñas que habían caído en su
trampa. El grupo de amigas que estaba allí le intentaba contar con muchos
nervios lo que les ocurriría, les contaron que cada semana sacaban a dos niñas,
se quedaron aterrorizadas, mientras lo contaban y que las sacaba para
violarlas, y que nunca nadie después de sacarlas había vuelto. Ellas se miraron
como si fuera la última vez que se iban a ver las caras. A la siguiente semana
los hombres volvieron y llamaron a dos chicas, y fue la mala suerte que les
tocó a ellas. Durante esa semana ellas planearon algo, se dejarían llevar, pero
los hombres fueron listos y las drogaron, y hicieron con ellas lo que
quisieron, ellas no se dieron cuenta de que el agua llevaba droga, una de ellas
no quiso hacerle caso a los hombres y empezaron a pegarles hasta que la niña
cayó en el suelo inconsciente, mientras la otra obedecía sin ganas y sin
fuerzas para ayudar a su amiga. La policía nunca supo dónde estaban y sus
amigas nunca la volvieron a ver.
(Lidia Amaya
3º C)
(Alexis Romero 3ºC )
EL PERRO FANTASMA
Un
día, un grupo de viajeros iban en un coche, pero se equivocaron de carretera.
Llegaron a un punto, que había tanta lluvia y viento, que no veían ni por dónde
circulaban.
Al
pasar una curva, pararon en el arcén para mirar un , mapa que llevaban en la
guantera. En ese momento, uno de ellos, vio un perro malherido. Se bajó del
coche, lo cogió, y lo llevaron a un veterinario. Cuando llegaron a su consulta,
el perro había desaparecido, los viajeros tuvieron tanto miedo que esa noche se
refugiaron en un hotel.
A
mitad de la noche, los viajeros se
despertaron por ruidos en el baño. Uno de ellos fue a ver lo qué pasaba y al
abrir la puerta del baño encontró al perro gruñendo y ladrándole. Al escuchar
los demás los ladridos, se sobresaltaron y salieron despavoridos de la
habitación. Al entrar en el baño vieron una escena dantesca; Todo estaba lleno
de sangre y su compañero no estaba allí. ¿Cómo era posible? Empezaron a
llamarlo sin respuesta, pensando en lo peor. Cuando, de pronto, lo encontraron
durmiendo con un cuchillo entre las manos. No podía ni articular palabra solo
decía, “Yo no he sido”. Todos dijimos:
“¿Pero qué ha pasado?”, de repente me desperté en un hospital con graves
heridas de un accidente de coche, que fue provocado por un perro; en el que
todos mis amigos habían muerto, menos yo.
(Rafael Moreno 3º B)
Una noche en alta mar.
Una noche de diciembre del año 2012, fui en el barco de mis primos y mis primos a alta mar. A unas cuantas millas del muelle ya estábamos, vino una borrasca y un tiempo muy malo. De buenas a primeras, vinieron muchas olas y el barco zumbaba hacia arriba y hacia abajo. Yo tenia miedo y mis primos no porque ya estaban acostumbrados. Mi primo Emilio, el patrón del barco, llamó a emergencias porque estábamos a punto de naufragar. Vino una ola, y, rompió la proa del barco. Nos llevamos por lo menos 2 horas con chalecos salvavidas en el agua. Al lejos vi una luz roja, se lo dije a mi padre y me dijo que era el helicóptero. El helicóptero nos recogió y nos llevo el muelle., donde estaba nuestra familia, una ambulancia y la guardia civil. Toda nuestra familia estaba preocupada. Cuando bajamos del helicóptero, la ambulancia nos dio unas mantas y nos tomó la tensión. Desde ese día, le tengo mido a los barcos, pero desde luego me sigo montando en ellos.
(Sebastián Brenes 3º B)
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