Juan José Aguilar 2º A
EL
INOVIDABLE VAGABUNDO
Una
noche de tormenta y lluvia, sí, una noche de esas frías de invierno, iba caminando bajo la oscuridad un pobre vagabundo que no
tenía nada para comer y que pasaba frío.
Pasé
con el coche frente a él, me entraron ganas de darle un bocadillo
de morcilla, pero finalmente me hice el indiferente. Al día siguiente, me
enteré de que había muerto. Podía ser por mi culpa, por no parar a ayudarle.
Amaneció
y para mí era un día normal, fui andar por la ciudad, pasé por
el mismo lado donde estaba él y me pareció ver la sombra de ese
hombre, como si no estuviera muerto todavía. Borré esa imagen
rápidamente de mi cabeza y seguí para delante.
Cuando
terminé de andar fui hacia un bar, me senté en la silla de la terraza y vi pasar un coche fúnebre y pensé con lágrimas que ahí podia ir él.
Cuando
lo vi se me saltaron las lagrimas y salí corriendo detrás,
pero no logré alcanzarlo. En mi conciencia siempre ha estado la
imagen de aquel hombre.
Laura Jiménez 2º C
La mirada
Camino por la calle hacia mi casa. El cielo se nubla, echo a correr y al cruzar la esquina me choco con un joven. Nos miramos a los ojos... Algo invade mi corazón.
Es que son magníficos los relatos.
ResponderEliminar(Elvira)